Pregunta con respuesta (Parte 1)
– Bueno, aquí me tienes ¿En qué puedo ayudarte? – dijo él, exhibiendo su mejor sonrisa mientras dirigía un vaso de agua a su boca. Su mejor amiga le había dicho que necesitaba verlo urgentemente, y él había cogido el coche para acercarse a su casa.
– Mi petición es sencilla… – replicó ella – ¡Quiero que me beses!
Él se atragantó levemente, y tras recuperarse, respondió con una sonrisa – ¡Ah ya! ¿En la frente o en la mejilla?
Ella soltó una carcajada – ¡No idiota! ¡En los labios!
Él se quedó entonces pensativo. Puede que se hubiera atrevido a soñar con algo así, pero lo había aparcado en el fondo de su mente. Es tan difícil encontrar una amistad verdadera, una conexión real, que cuando a lo largo de tu vida cada encuentro ha ido seguido de un doloroso desencuentro aprendes a valorar la importancia de algo tan profundo como real, y lo aferras a tu alma como el tesoro que es. Lo conviertes en algo sagrado, aceptas de buen grado que nunca habrá nada más que eso, lo valoras en su justa medida sin necesidad de perderlo, y el peso de una amistad tan plena hace que ni tan siquiera añores otra posibilidad. Así había vivido él durante años, desde que la había conocido, y había conseguido convencerse de que no soñaría con aquellos labios, y que buscaría el reflejo de aquella chica en otra persona con la que sí pudiera compartir, además de una gran amistad, una relación sentimental y una familia.
– No sé qué decir – dijo él
– Lo contrario, me decepcionaría – replicó ella, sonriente
– No sé si puedo niña, creo que habría un antes y un después, puedo vivir sin disfrutar algo que no he conocido, pero no sé si después de algo así, mi relación contigo sería igual… – dijo él cabizbajo
Tras una pausa, ella contestó – Si todo siguiera igual para ambos, tendríamos al menos una respuesta ¿no?
– Ya, pero ¿y si esa respuesta es diferente para cada uno de nosotros? ¿Y si tu no sientes lo que deberías? – dijo él, seguido de unos segundos de silencio
– ¿Y si tú no sientes lo que deberías? – replicó ella, con la sonrisa característica y ese brillo de sus ojos recorriendo la estancia como un faro, algo que inspiró las palabras que él diría a continuación:
– Yo no necesito besarte para saber lo que sentiría, claro que no. Tu eres tan distinta a toda persona que yo he conocido en mi vida, con ese polvo de hada que te rodea siempre, y por bueno que yo intente ser, tu me tocas, y me haces mejor. Jamás he conocido mujer más hermosa, ni nadie con quien estuviera mejor, y tú sabes que por muchas personas con las que haya estado, ninguna me complementa mejor que tú, y sabes que nunca he querido a nadie tanto como a ti.
– mmmm vale – replicó ella sonriente – me has convencido, quizá sea cierto que sabes que te gustará, pero sigo teniendo un problema, yo necesito saber qué sentiré al besarte, si me sentiré rara por besar a un amigo o te incrustarás en mis sueños como hombre y comenzaré a pensar en ti de otro modo ¡Necesito saberlo!
– Pero ¿y si cambia lo que tenemos? ¿y si somos víctimas del amor y su manía de sembrar cicatrices? ¿y si perdemos esta amistad tan vital…? – replicó enérgico
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Ella se emocionó y contestó un poco molesta – ¿Y si no es así? ¿Y si toda la puta vida he estado besando sapos que lo único que querían era alimentarse de mi y tenía a mi lado el equilibrio que necesito para ser feliz? Quizás me sentiría una estúpida por haber desperdiciado mi tiempo teniéndote a ti a mi lado, por no haber sido valiente y haber dado un paso al frente ¡Te quiero tanto como amigo! Pero ese maldito «y si» merodea mi mente algunas noches…
Comenzó a llorar tímidamente y él no pudo sino abrazarla con fuerza. Aunque ella estuviera triste, y él no conocía felicidad en su tristeza, no podía evitar pensar en lo lleno que se sentía cuando la tenía en sus brazos, como si el mundo dejara de ser un baile de disfraces y fuera ahora la utopía más descabellada y cálida que él hubiera podido imaginar. El olor de su particular hada lo envolvía, lo perseguía en sueños, ella creía que era su perfume, pero lo que por separado parecía convencional, mezclado con su piel resultaba mágico y sanador.
Apretó la cabeza de ella lo más fuerte que pudo contra su pecho, tratándola a la vez con delicadeza. Sabía que en sus brazos nada podría hacerle daño, junto a ella sentía una fuerza mitológica ardiendo en su interior, ella era la llave que ponía equilibrio y orden en su mundo, y su unión parecía venir a veces de otro bien distinto.
Ella se separó de sus brazos y él pudo ver de cerca las huellas de las lágrimas en sus mejillas. Las limpió con la mano y se quedó contemplando aquel rostro perfecto. Sus labios eran preciosos, ya lo había visto otras veces, pero nunca los había tenido tan cerca. Sus ojos, castaños, tenían un brillo y un magnetismo únicos. El conjunto… era extraordinario, indescriptible. Cuando la mano de él secó la última lágrima, ella comenzó a mirarlo de un modo diferente, y empezó a acercarse lentamente hacia la boca de él, que se puso nervioso y abrió los ojos asustado, para que cuando apenas tres o cuatro centímetros los separaban, él interrumpiera el momento diciendo – ¡Espera!
Continuará…
La pucha que esto me dejó con la curiosidad por la segunda parte!!!!
Inevitable es confesar que me siento identificada, ji!
Abrazo
Pues el próximo Viernes a las 19:00 (hora española)
se publica la continuación del relato.
Un abrazo
Ainsssssssss… ¡Qué historia más bonita y más bien contada! ¡Y aquí nos dejas con la intriga de qué pasará después! ¿Cuántos capítulos faltan? ¿Cuándo los subirás? :)
Preciosa la historia… muy realista ya que grandes amigos han terminado
casados…Es una delicia la forma en que la relatas y nos introduces en la trama…Ummm y como será el final?? Bueno, a esperar hasta la próxima
publicación :)))
Y aquí nos dejas… hasta el viernes deseando seguir leyendo…
Hasta este punto… me encanta.
Ainsssssss, qué situación más difícil… no me quiero ver en una igual, no sabría lo que hacer…
Me he metido tanto en la historia, pufffff ¡qué mal lo he pasado! y ahora nos dejas así hasta el viernes :-(, te perdonaremos porque es buena y está bien contada que si no… ;-).
Un abrazo (en vilo).
jejeje por un lado me alaga y por otro… temo decepcionaros. Escribí la historia de un tirón antes de cortarla, espero que sea coherente y os guste la continuación del Viernes… ^_^
Gracias por vuestro cariño en forma de comentarios
Es la manera de abrazar que existe en los blogs
yo la besaría y que salga el sol por donde tenga que salir!!!!