Dar

Ayer comprendí algo importante, y quizás por eso escribo esto, para recordarle a mi «Yo» de mañana, que hay cosas que siempre deben ser «Presente».
El sentido de un tropiezo no es sino aprender a no darse jamás por vencido, luchando por tus metas en cada momento. Los diferentes obstáculos que nos autoimplantamos son victorias de nuestro lado más cobarde, mentiras que nos contamos y nosotros mismos acabamos creyéndonos, adaptándonos a lo cómodo y fácil.
Del mismo modo, hay que saber dar a los demás sin esperar nada a cambio, y sin importar cuántos se aprovechen de ti. Esa es mi excusa, el agujero donde meto mi cabeza de avestruz (que por cierto, es una leyenda urbana). Me digo «como hay gente mala» puedo justificar el ser egoísta, maleducado e incluso a veces poco humano, y dejo de luchar por sembrar alguna pequeña semilla que germine en algo magnífico. He olvidado, estúpido, que hay que plantar mil semillas para que una crezca sana y fuerte, y que, ironías del destino, no suele ser aquella que esperamos. Y como nunca lo sabremos, debemos plantar todas con la misma ilusión, pues intervendrá directamente en la oportunidad que tenga de brotar verde.
Cierto es que los necios desaniman mucho, hay personas capaces de sacarte toda la sangre y protestar al ritmo de «¿Ya? ¿Ya estás seco? Vaya mierda…«, pero no podemos pasarnos la vida escudándonos en tonterías, cediéndole terreno a la pereza y el conformismo, y no dejar de luchar por ofrecer más al mundo, sin olvidar que, incluso egoístamente, eso nos hará sentirnos mucho más plenos. Es como el hacer deporte, que curiosamente, creemos que «cansa», y es todo lo contrario, acaba aportando más vitalidad y plenitud. Igualmente, entregarse a los demás, aportar y sumar al mundo, darnos, también tiene esa facultad de sumarnos y enriquecernos. Siento mucho no haber estado a la altura de mis posibilidades, pero es que… ¡Mierda! ¿Veis? Ya estoy otra vez con las excusas.
No hay razón ni coartada, para, sabiéndonos vivos, no entregarnos a una vida plena y regalada, cuesta lo mismo vivir amargados que con la actitud sonriente y revitalizante de sumar a los demás lo que se pueda.
Ese es el secreto, por ejemplo, de un buen abrazo: dos entregan, y dos salen fortalecidos.
«Todo lo que no se da, se pierde«, dijo Tagore;
y entretenido con otras cosas, lo había olvidado.

dar
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8 Respuestas

  1. Nunca dejas de crecer. Tienes tanto q aportar. Por favor no dejes de ser tu nunca

  2. Eva dice:

    Muy buena reflexión. Esa actitud, aunque a veces no lo parezca, es la que a larga más recompensas te da. Y, a veces, esas semillas que brotan y son las que menos esperas pueden ser las más asombrosas, así que déjate sorprender. ;)
    ¡No te fijes en cuánto das, sino en dar todo lo que eres capaz de dar: aunque sea poco puede ser la semilla de un gran árbol!

  3. Ché dice:

    Grandísima reflexión, y, conociéndote. como tantas otras, sale de lo más hondo de tí. Auténtico!

  4. Ana dice:

    Me alegro de que sigas creciendo. Ya sabes que todos los días se aprende algo, y segura estoy de que en este camino, mucho nos queda por aprender.
    Muéstrate como eres, sin recelos, ni miedos, ni desconfianzas… Seguro que enciendes muchas lucecitas y sonrisas en el corazón de los que te rodean. ¡Y todo eso sin chacras ni chi! ;P ¡Un abrazo grande!

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