Emociones bajo la piel

Por segunda vez en mi vida, las emociones habían tomado control de mi cuerpo, manifestándose imparables ante situaciones vividas, sin dejarme otro remedio que sentarme y escuchar de verdad aquello que pretendían decirme del único modo que podían: el dolor, agudo y profundo.
La primera vez, hace ya muchas lunas, mi sistema digestivo había querido decirme «¡Ah no, esto yo no lo trago!«, refiriéndose a una relación que mas allá de nubes y sueños al óleo, comenzaba con mal pie, con una falta de libertad y coherencia tan preocupante, que hizo que mi cuerpo manifestara la gastroenteritis más fuerte y dura de mi vida, de aquella ocasión estuve cuatro días en cama, y cada vez que hablaba de ello o lo recordaba, volvía a dolerme el el estómago levemente.
Pero esta vez fue el corazón el que se quejó, cansado de ahogar lamentos, de reprimir sensaciones, de no gritar tiritas que podrían evitar heridas, de perder la capacidad de diálogo con quien era hogar de palabra honesta y sentida, de no poder expresar cosas sabedor de que no se entenderían.
Y agotado y triste mi corazón gritó, herido y maltratado, que no debía callar sentimientos ni dejarlo de lado a la hora de vivir y entender el mundo, y se estremeció en mi pecho usando de herramienta el miedo, para obligarme a escuchar lo que tenía que decirme.
En la clínica lo abracé y lo consolé, recordándole que juntos sufrimos mis silencios. «A veces hay que saber callar, debes perdonarme, no es por placer, es saber estar.» le dije, y lo entendió en cierto modo, aliviando con una sonrisa la ansiedad que lo atenazaba dolorido y perdido, diciéndome de algún modo que él no sabe dejar de sentir, y que yo no debería aprender a callar.

clips
Image from Stockvault. Called «Clips», from Deepu Das (thanks)

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12 Respuestas

  1. Moona dice:

    Me encanta ese diálogo de «Kike» a «Corazón» :)

    Un beso a los dos

  2. Olga dice:

    Buenisimo Kike! Hoy este post me viene como anillo al dedo, estoy con un bajón emocional que le esta pasando factura
    a mi cuerpo…pero bueno «Esto también pasará»
    Es increible las coincidencias…Me encanta leerte!
    Te deseo lo mejor!
    abrazo grande

  3. Si nos paramos a pensar nos damos cuenta de que nosotros mismos, corazón y alma, somos lo último de lo q nos preocupamos a lo largo del día, semana, mes… Cuando debería ser lo primero

    Tu, mi costurero de almas, enhebra cada día la aguja del Amor para curar ese corazón herido y mimarlo como se merece. Ánimo. Mil besos. Sigo estando ahí

  4. Angela dice:

    La verdad es que es una pena que siempre tengamos que llegar a los extremos para parar y escuchar…pero en la mayoría de los casos solo reaccionamos así…¿Será que algún día en medio de tanto amor que tienes para dar dejas que otros te cuiden? Un beso en ese corazón tan maravilloso!

  5. Tegala dice:

    Si es que cuando nos empeñamos en seguir, en darnos contra la pared…el cuerpo se revuelve y nos manda a la cama, de casa o del hospital…y siempre avisa, otra cosa es que no queramos hacer caso.
    Me gusta ése diálogo de mantener con vida todos nuestros órganos. Por ahí dicen que te dejes cuidar, hazle caso.

    Un abrazo fuerte

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