¿A dónde?

Ella no podía detenerse, las sombras le perseguían sin descanso. Unas con rostro, otras eran tan solo sensaciones que aceleraban su pulso y seguían sus pasos, haciéndole necesitar correr sin rumbo. Fantasmas de un pasado transformados en siniestras formas masculinas que la asediaban, y de las cuales no parecía sentirse a salvo por mucho que corriera.
Salió de las calles de la ciudad y se dirigió hacia un campo de tierra próximo. Allí, donde le alcanzaba la vista, había un barranco, y algo dentro de ella le animaba a ir en aquella dirección como si allí hubiera una salvación o salida, y eso hizo.
Una vez allí, en el borde, se dio cuenta de que no había ninguna salida, y no solo eso… allí estaba atrapada.
Miró como el cielo se oscurecía de un modo tan mágico como siniestro, unas sombras a lo lejos se acercaban a ella.
Su final parecía próximo e inevitable, y comenzó a llorar, apretó su puño, dispuesta como siempre a morir pelando, y gritó «¡Quiero volar!»
Se dio media vuelta dispuesta a saltar al vacío, triste… pero libre… y en cierto modo, feliz.

 
Abrió los ojos sorprendida en su cama ¿Había sido todo un sueño? Su mente aún seguía viajando entre aquel mundo onírico y su realidad.
En pleno viaje, su voz repetía una frase: «Quiero volar»
No dejó de repetir esa frase, y entonces sintió un brazo apretándola fuerte hacia atrás. Se giró asustada y vio el rostro dulce de su chico medio dormido que la buscaba con el brazo para acercarla hacia él.
Casi completamente dormido, le murmuró: ¿Estás bien cariño?
Ella le respondió – Sí, sí, creo que ha sido sólo una pesadilla.
Él, murmurando de nuevo, le dijo – ¿A dónde quieres ir volando?
Ella sonrió – Nada cariño, era un sueño, y tan solo quería volar para ser libre y escapar de los malos.
Él, sin abrir los ojos ni mejorar su entonación – ¿Y todavía quieres volar?
Ella siguió sonriendo – ¡Claro! Yo siempre quiero volar ¡Ya sabes!
Él continuó la conversación completamente adormilado, como si nada – ¿Y prefieres volar tu sola o quieres que te acompañe?
– Pues… quiero que vengas conmigo ¿Qué otra opción habría?
– mmmmmm podría esperarte en tierra si quieres volar sola, o que lleves una cuerda como una cometa y tires de ella si me necesitas… o si quieres ir tu sola, yo estaré esperándote.
Ella se emocionó ante los balbuceos de aquella criatura que a veces parecía tan primitiva como ahora dulce.
– Quiero volar contigo – dijo ella
– ¿A dónde? – preguntó él
– Hasta el infinito… – y dejó aquella frase en el aire.
Él abrió los ojos y le dijo lo más bonito que le habían dicho nunca con una mirada casi lúcida, y luego añadió:
– … y mas allá.


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3 Respuestas

  1. sula dice:

    Bruma lo recomienda y no me extraña… ¡Precioso! Hasta el infinito y más allá… cuando se encuentra, se quiere volar juntos

  2. Lidia dice:

    Qué bonito despertar de un sueño así… Para emepzar a soñar de verdad y despiertos : )

  3. Tegala dice:

    Ese abrazo que te acerca en la noche y que dice que todo estará bien… volar juntos aún estando atados a la cama por un abrazo… maravilloso.
    Me gusta leerte, siempre. Gracias.
    Un abrazo.

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