Indefensa a mis caricias

«Y cuando estás cansada, deslizo mi mano entre tu pelo para hacerte caricias con las uñas, y empiezo a controlar con una sonrisa traviesa cómo se cierran tus ojos lentamente, mientras se aleja tu consciencia, empiezas a ser mía, con los ojos abiertos podrías tener miedo escénico, con ellos diluyéndose en el sueño, eres mi dulce marioneta, porque en lo más profundo de tu ser sientes que estás segura, que puedes viajar ingrávida mientras yo te protejo.
¡Venga niña! ¡Vamos a la cama! – te susurro al oído, y no tienes más remedio que hacerlo, eres mía.
Llegas allí y lo tienes fácil. Tan sólo te quitas esos zapatos de verano que mantienen tus preciosos pies frescos, y con un gesto sencillo, te quitas el vestido, y te tumbas en tu lado de la cama.
Yo me quedo en el hueco que me dejas y prosigo con las caricias, feliz de tener más sitio en tu piel para que mis dedos puedan hacer prospecciones en busca de escalofríos. Ahora, además de en tu cabello, pueden hacerlo en tu cuello, tu espalda y tus brazos. Deslizo mi mano con suavidad, casi sin tocarte, siendo partícipe de cómo la paz invade tu cuerpo. Desabrocho tu sujetador para no tener obstáculos que me permitan disfrutar de tu espalda, y estás tan a medio camino de Nunca Jamás que ni te enteras, despierta no me lo permitirías. Tu espalda es tan suave, tan dulce… me incorporo para que además de acariciarte con mis manos, poder hacerlo con los labios, y en este caso, me apena que no estés un poco más despierta cómo para poder disfrutar mejor los matices que pretendo transmitirle a tu dulce piel.
Me tumbo de nuevo a tu lado, y sigo acariciándote. Sembrando cariño, dejando huellas imperceptibles de pasión, dibujando mi esencia en la tuya. Ya estás completamente en el mundo de los sueños y me levanto de la cama para ver tu cara. Si eres preciosa despierta, aún más dormida, tan dulce, cuando no hay miedo ni rencor en tu rostro, y eres la niña que llevas dentro, cuando eres más tú que nunca, cuando eres la mujer que yo siempre veo en tus ojos.
Miro tus labios con el deseo que siempre me inspiran, tus párpados cerrados, y deseo besar ambos, pero no lo hago, tus ojos por miedo a despertarte, y tus labios porque no podría robarte algo así si no me lo regalas.
Cubro tu cuerpo con una sábana y beso tu frente.
Te despides dormida regalándome esa visión divina.
Te dedico una sonrisa desde la puerta de tu habitación.
Mientras cierro la puerta de tu casa con sumo cuidado, imagino la cara que pondrás mañana al despertarte casi desnuda en tu cama, sin recordar cómo llegaste allí, mirando a tu lado con miedo de que un desconocido duerma a tu lado… se me escapa una sonrisa… y luego te imagino cuando empieces a poner cara pensativa haciendo memoria para discernir sueño de vigilia, y sonrío de nuevo, emprendiendo uno de los viajes a casa más felices que recuerdo.

 

Picture seen «here«. Devianation called: «Closer» by Ninasever
 
Antes de levantar susceptibilidades… ¡Es una historia!

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2 Respuestas

  1. Tegala dice:

    Mágico… KATREyuk!! Sencible y hermoso.

  2. Olga dice:

    Una historia preciosa, cautivante y tierna de la cual cualquier mujer le gustaría ser protagonista y entregarse a las caricias :)*

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