Elia y Ena

Elia
Suena el despertador y son las siete.
Tiene media hora más para dar vueltas en la cama e intentar repescar los mejores momentos de sus sueños. Cuando llega la hora se levanta y empieza a ordenar ideas, escoge una ropa que ponerse, busca algo colorido y alegre, abre la nevera y no tiene nada para desayunar, pero sonríe porque eso le da la excusa para coger un croissant en un sitio que le encantan, e incluso añadir a su pedido un zumo de naranja, vuelve a sonreír.
Tras vestirse sale a la calle y se cruza con un chico que resulta ser un verdadero caramelito. Se lo imagina desnudo mientras con un bote distribuye nata por su cuerpo antes de merendárselo como postre. Le dedica una mirada lasciva y le sonríe mientra sigue camino al trabajo imaginándose una aventura con tan atractivo semental.
Recoge su desayuno y se lo lleva para no llegar tarde, con la intención de disfrutarlo mientras lee los primeros emails del día en su oficina. Saluda a las compañeras y sigue sonriendo, deja todo en su mesa y se une a ellas para recoger un café, les cuenta alguna anécdota divertida de su fin de semana y deja para ella alguna cosa que le salió mal, sabiendo que la próxima vez le saldrá mucho mejor, sin duda. Añade una cucharada más de azúcar a su café y otra a su vida.
Pasa el día entre fantasías y pequeños momentos, emails de amigos y amigas mezclados con tareas resueltas en su trabajo, y cuando tiene una pausa actualiza su lista de sueños que espera cumplir muy pronto.
Cuando llega la hora de salir le sobran los motivos para ser feliz, el Sol brilla en lo alto y ella se siente libre al fin. Tras inundar sus ojos con el cielo mira al frente y se encuentra justo delante el chico que vio esta mañana al salir de su casa. Le dedica una sonrisa como si él la hubiera pillado haciendo algo malo, y se sonroja.
Él le invita a tomar un café. Disfrutan de una hora de una conversación muy agradable.
A las 19:00 llega a casa, llena de vida y con ganas del mañana.

Ena
Suena el despertador y son las siete.
Tiene media hora más para dar vueltas en la cama y empieza a pensar en que tiene que ir a trabajar, agobiándose. Se levanta a cámara lenta, obligada, sin fuerzas. Busca sin ganas algo que ponerse, opta por algo formal y serio, más aburrido que elegante. No tiene nada en nevera para desayunar, y eso hace que su ánimo decaiga aún mas. Molesta y sin ganas comienza a vestirse, y tras completar la preparación, rumbo al trabajo.
Cuando sale a la calle se cruza con un hombre muy atractivo, lo mira de arriba a abajo y disfruta del espectáculo, aunque no tarda en empezar a pensar en que será otro cabrón rompecorazones que habrá dejado en la cuneta a muchas mujeres, y ella no quiere ser otra más, cuando él la mira ella lo evita molesta y ofendida por su simple existencia.
Se pone nerviosa cuando llega al trabajo tarde, y cuando se cruza con sus compañeras que están tomando un café para comenzar el día tan solo las saluda fugazmente y se sienta a su sitio. Coge aire por primera vez en toda la puta mañana. No le gusta su trabajo, y lo hace sin ganas, las mañanas se le hacen eternas, e incluso las tardes.
Pese a todo, el día pasa y llega su hora de salir. Con ganas de escapar de aquel lugar recoge rápido y se planta en la calle, para luego quedarse mirando el suelo pensando sin ganas en qué hacer. Decide ir a comprar algo para desayunar mañana, a ver si empieza mejor el día. Cuando emprende el camino al supermercado se tropieza con el chico que vio esta mañana al salir de su casa, y este le pide perdón. Ella lo mira indignada y prosigue su camino. El chico se da la vuelta y se queda mirándola, pero ella no se gira.
Compra las cosas que necesita, ni más ni menos, no se da ninguna alegría ni hace excesos.
A las 19:00 llega a casa, agotada y sin ganas de nada.

Elia y Ena
Hermanas gemelas de universos paralelos. Idénticas salvo una actitud opuesta ante la vida y el día a día, una ve vasos medio vacíos donde la otra ve macetas para bambús, una cuenta corazones rotos al deshojar la margarita mientras la otra, amores por llegar. Nada ni nadie es capaz de ejercer un mayor cambio en el mundo, que los ojos con los que lo miramos.
Ambos gemelos habitan en nosotros, y el cambio entre uno y otro, empieza con una sonrisa.

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7 Respuestas

  1. Noa dice:

    Acabo de salir de mis clases de ingles y me sentia como Ena, pero me he acordado de tu blog y despues de leer este post comienzo la tarde con la actitud de Elia, gracias otra vez!!!!!!!!!!

    Un abrazo escoces!!!!

  2. Moona dice:

    Yo me identifico con Elia, claramente, y creo que hay muchas Enas y Enos en esta vida, pero porque eligen tomar esa actitud ante la vida. Puede que en algo influya la genética y les tocaron determinados cromosomas, pero creo que al menos intentar sonreír frente a cada revés, buscando una salida positiva (¡que la hay!, ¡existe!) está al alcance de todos.

    Muy lindo tu post, Kike, como siempre.

    ¡¡¡Besos!!! :)

  3. único!! como solo tú sabes serlo guapo

  4. Olga dice:

    Precioso!! Muy creativo!! Yo creo que tengo un poco de las dos…pero definitivamente tengo más de Elia, trato de tener una actitud positiva aun
    ante situaciones adversas que se nos presenta en la vida. No soy de naturaleza depre, sino más bien alegre y divertida … Muy bonito el Post,
    siempre nos haces pensar….Goodnite =)
    Ummm…como me gusta la Srita. Gardot…la conocí por ti…:)*

  5. Tegala dice:

    Has conseguido reflejar que la vida es cuestión de actitud de una forma muy bella. Afrontar el día a día con una sonrisa y diversión, sin descuidar las responsabilidades pero viendo las posibilidades. En ocasiones se nos olvida vestirnos con las sonrisa adecuada y volvemos gris el día.

    Muy bonito. Gracias!!!

  6. KATREyuk dice:

    :-) Iré por partes…

    Noa, me alegra leerte. A ver si nos vemos a tu vuelta de los mundos anglosajones.
    Moona, eres muy Elia… y das lo mejor de ti a quienes te rodean cada día, ahora mismo estarás con twitteros barceloneses según tu timeline :)
    Una princesa, cada día eres más grande… pasito a paso, encontrándote con tu mejor «tú»
    Olga, gracias como siempre por tu cariño al otro lado del charco. «If the stars were mine»… te daría una a ti, un abrazo.
    Tegala, como siempre un placer leerte, a ver si este año puedo darte un gran abrazo y compartimos una charla de esas que llenan.

    Gracias por vuestros comentarios
    Un abrazo enorme

  7. Olga dice:

    Mil graciasssssssss!! Sos un sol y leerte le da un toque de optimismo y alegría a mi vida. Dicen que las estrellas se iluminan con el fin
    de que algún día cada uno pueda encontrar la suya…
    Have a nice day…with music in your heart :)**

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