Miedo a amar
Una de esas cosas que a la vez nos hacen deliciosa y tristemente humanos es el amor, un sentimiento capaz de llenar de un gozo inexplicable nuestro corazón, y de modo opuesto, dejarlo hecho migajas. Permitidme que me apoye con citas de mi libro favorito:
«Tal como sube a vuestra copa para acariciar los brotes más tiernos a la luz del Sol, también desciende a nuestras raíces para sacudirlas de su apego a la tierra.»
Y es que no eres del todo humano si no te rompen de corazón, si no aprendes a rearmarte y resurgir de tus lágrimas para que nazca el sueño, que se hará realidad con el tiempo, del olvido y el renacimiento, de la esperanza y de un nuevo amor que deberás intentar vivir sin miedo. Y nace el miedo a amar, al dolor de un rechazo, a no ser correspondido… el miedo a lo más hermoso que existe, tan vital como doloroso:
«Pero si lo teméis y preferís vivir tranquilos, más vale que cubráis vuestra desnudez y partáis de la era del Amor a un mundo lejano, donde podréis reír, pero no con toda vuestra risa, y podréis llorar, más no con todas vuestras lágrimas.»
El amor te da y te quita, y aunque la armonía y la paz son posibles, y aunque le hagas oídos sordos al murmullo sordo de la sociedad, algo dentro de ti sabe que el mundo no sabe igual que cuando puedes compartirlo. No hay otra solución que hacerse fuerte, coger velocidad, y saltar al precipicio del amor, cuando tu convicción sea tu aire a favor, y con los ojos abiertos o cerrados, y no sin miedo, dar tu gran salto, sin pensar que puedas volar, sin pensar que puedas caer.
«Cuando el Amor os llame, seguidlo. No importa cuán abrupto y escarpado sea su camino. Cuando el Amor os hable, creed en él, no importa que su voz despedace vuestros sueños, como el viento arrasa el jardín.»
Somos dueños y esclavos del amor, herederos de corazones rotos que de tanto sufrir, llegaron a creerse la historia de que podrían vivir sin él. Pero el amor es un niño travieso, y cuanto más te escondas, con más ahínco te buscará. y disfrazado de cualquier cosa, a tu puerta llamará. Ese día, intenta abrirle sin miedo, aunque tiembles.
Cuanto me emociona este libro y cuantas ganas de redescubrirlo… Gracias por este post maravilloso.
El amor a la vida es una religion y una religion implica una actitud. Namasté.