No me vas a hacer llorar

(permitidme que me balancee al ritmo de esta «nana triste»
y la use de escudo, e impulso,
qué canción más maravillosa
)

Sé que hay cosas que me digo que no tienen que pasar
Se despiertan del olvido, vuelven pa’ hacerme llorar
Yo me quedaría contigo una, dos, tres noches más
Si no hubiera roto el hilo
Ojalá volver atrás

Nunca me tuve por alguien especialmente nostálgico, llevo tatuada en el alma esa cita que reza que debemos usar el pasado cómo trampolín… y no cómo sofá, y creo en ella. Pero supongo que es inevitable, cuando estamos en etapas de transición, recordar esos instantes en los que la vida nos deslumbró y metió nuestro corazón en un puño, colmándonos de felicidad.
No todo pueden ser anocheceres o amaneceres, ambos están separados por un largo día.
Aunque cada hora trae consigo un secreto, un regalo y un zumo que podemos beber y vivir.

No te culpo de mi pena
No te culpo de mi mal
Te construiré un castillo
Con tus lágrimas de sal

Es fácil culpar a otros de tus errores, o del devenir de la vida, o de la ceguera de ambos. Lo más sencillo es darle la espalda a la comprensión o el diálogo, aferrarte a tu razón, aunque sea mentira, dejar que tu orgullo lleve el timón y desterrar de tu vida la opción de pedir perdón, mejor siempre vendarle los ojos al corazón. Perdonad el sarcasmo.
Qué maravillosas las personas que son capaces de sacar su basura, y volver a tu mundo mejor vividos, de ofrecerte un abrazo y una reconciliación, un final feliz y una sonrisa, maravillosas criaturas las que en lugar de destripar amistad o amor con razón, saben que esos menesteres los lleva el corazón, y cómo niño pequeño que es no necesita de grandes dilemas, y sí de inocentes verdades.

Te cuidaba como un niño
Que no sabe caminar
Déjame que te proteja
De lo que pueda pasar

Todos queremos cuidar, y sentirnos cuidados, poder ser un Godzilla que salve el mundo, o un bicho bola que escape de él, todos queremos salvar a quienes queremos, pero todos queremos ser también salvados. Queremos ser Richard Gere con el ramo de flores en la limusina con la música a todo trapo anunciando el fin de la agonía, y la Julia Roberts que entre lágrimas espera que vuelva un ser querido a su vida para luchar por ella con más que palabras.

Dame paz y dame guerra
Dame aliento, cuídame
Clavelitos en tu pelo
Los tatuajes de tu piel
Hoy supura y supura
Lo que ayer sabía a miel
Yo maldigo a mi cordura
Palomita, llévame

El equilibrio entre el calor y el frío, entre el valor de los besos y su ausencia, entre la caricia… y el cachete en el culo. Habitantes de contrastes, aprendemos el valor del amor entre sequías, el valor de poder caminar al superar esa herida en el pie que te obstaculiza. Qué bonito el viaje, temblorosos, no sin miedo, aprendemos a entregarnos al amor, al destino… a fuerzas que no siempre controlamos, pero con las que podemos hablar, habitantes de la cordura aprendiendo a naufragar en la locura.



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2 Respuestas

  1. Tania dice:

    Había puesto un corazon que no se ha guardado, asi que ❤️

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