«Soy gris, estoy entre la oscuridad… y la vela»

Esa cita se me quedó tatuada a fuego. Es de Babylon 5, una de mis series favoritas y de lo mejor que se ha hecho en ciencia ficción, por mucho que pese o moleste a Sheldon Cooper, supongo que para que una serie así te cale, hace falta algo de empatía o alma, algo de lo que el tejano carece. Llevo unas semanas muy poco activo a la hora de escribir pensamientos y ya es hora de dejarme ir, aunque no agite el avispero.
Para eso escribí el otro día un post titulado «Nuestras mentiras«, pero no llegué a publicarlo. Hablaba de mentiras involuntarias, propias y otros locos que habitan (o habitamos) realidades alternativas. Luego el destino me hizo un guiño, y cómo no sé cómo procesarlo, por eso sigue en el tintero, sin saber cuándo la colgaré en este tablero de corcho llamado Peor para el Sol.

Últimamente he pensado en cómo, en nuestra soledad, a falta de un Dios que certifique si lo que hacemos es bueno o malo, todos intentamos hacer lo mejor para nosotros y para el mundo. Y claro, hay gente que se entrega por completo a los demás y que se da sin medida, siendo felices en el proceso, y hay asesinos en serie que consideran que hacen un favor al mundo cada vez que ejecutan a alguien… y en el medio, un abanico de posibilidades. Os he comentado más de una vez que yo no tengo la certeza de que muchos de mis actos fueran «lo mejor que yo podía hacer», sin embargo, sí tengo la certeza de no poder cambiarlos. Cuando acaba una relación, sentimental o amistosa, tienes muchas opciones… pero entre las principales, odiar con rencor a esa persona o bien dejar pasar un tiempo y recordar porqué la quisiste y qué os unía. Muchas veces he pensado que cómo se comportan las personas cuando se rompe una relación, las define y deja claro hasta que punto merecían o no seguir formando parte de tu vida. Ese monstruo que sale es su verdadera cara, del mismo modo que cuando sale bondad y comprensión, también lo es. Poner a una persona a prueba es algo revelador… recuerdo aquella escena final de El Rey Escorpión en que la mala debe elegir entre quedarse a salvo o luchar por su amado, y como mala… huye, decepcionando mortalmente a su amado que la había sacado del inframundo por amor.
Pero todos hacemos lo que creemos mejor… errados o no. El que defiende los toros, cree tener argumentos para ello, igual que el que defiende la caza, que una ostia a tiempo es mano de Santo, que los vegetarianos son tan lamentables como las feministas, y que siguen haciendo del racismo una lente para ver el mundo. Joder, cómo me cuesta pensar que una persona que apoye esos valores merezca ser llamada persona. Pero bueno, al menos lo dejan claro, y en nuestro país, apoyan a un mismo partido, uno color vómito, para identificarlos fácilmente.
Fijaros en Estados Unidos, que el subnormal de Trump sigue sin admitir su derrota… ¡Qué mal perdedor! Pero más allá de eso, da miedo ver el estrecho margen que separaba a unos de los otros, y la enorme división que hay en ese país entre los conservadores y los demócratas, algo que nos suena por lo que también vivimos en nuestro país.

Y a base de ostias he aprendido yo que es mejor dejar las cosas en su sitio, que las relaciones pueden costarte la vida y la cordura y que nunca debes menospreciar a un rival o a una expareja. Mañana cumplirá años una persona a la que recuerdo con cariño… y sin embargo, me costó la salud en su día y pudo costarme la vida con sus invenciones y mentiras, acusándome de cosas muy graves y demostrando que una cosa es creerse buena persona… y otra serlo. Así que como me enseñó alguien no hace tanto tiempo, es mejor dejar las cosas en su sitio y mantener esa distancia de seguridad con las víboras… sentir lástima por que estén heridas, no hará que no te muerdan e intenten matarte. Está claro que no podré ayudarle a aquellos niños a superar una ruptura o tener un amigo con el que hablar, o a seguir creciendo preservando una cierta cordura, o siendo más melodramático… a no perderse en la noche. Y aunque seguramente ella creía quererme bien, no lo hacía, era posesión, miedo, veneno y oscuridad… y jamás me cansaré de agradecer a todos los que me ayudaron a salir de aquello, en especial al vasco errante y a mi Silver Ángel, el haberme llevado de la mano a la luz… de no haber sido así, podría haberme quedado enterrado en la oscuridad para siempre.

Así que gracias…

Ahora… soy gris… y estoy entre la oscuridad, y la vela.

También te podría gustar...

PHP Code Snippets Powered By : XYZScripts.com