¡Me de igual!
Hoy me encontré este borrador en mi libreta. De hace un mes y medio…
Llega un momento en tu vida en que dejas de celebrar los «esta vez sí«, e irónicamente llega algo que te hace gritarlo aún con más fuerza, como si nunca hubieras aprendido que cuando celebras algo, siembras la semilla de la derrota y fin de eso mismo.
No siempre el amor es más fuerte, y en ocasiones… ni tan siquiera es suficiente.
Asumes tu obligación de levantarte, aunque no desees librar más batallas, al menos en un tiempo, no sin librarte de la desgana y el miedo, pero sabes que caerás, una y otra vez, como mosca reencarnada en mosca, que solo tiene unos días de vida, y nace para morir al encontrar unos labios que lo merezcan.
Ni es mejor aquello que empieza con fuegos artificiales, ni lo que aprende y se convierte en un salvaje anochecer; importan trayectos y presentes digeridos en recuerdos latentes, hojas de un diario que a veces embriaga, pero que nunca debe dejar de escribirse.
Errado o no, seguiré pensando, que prefiero mil fábulas reales y de cien sabores, que un relato que acabe condenado a unas perdices con letra pequeña, pues no siempre son honestas, sinceras o valen la pena.
Pese a todo, una parte de mi jamás dejará de buscarlas, y de soñar con ellas, y buscarlas en ojos, que no las contengan.
Sea un café en París o un té en tu sofá, lo más valioso es que tienes ese rincón al…
Amén
"Dejar ir no significa que te deja de importar alguien. Sólo significa que la única persona sobre la que de…
Consciente, afortunado y agradecido.