Lobos, corderos y elefantes

Los roles que algunos animales ponen de manifiesto en su maravilloso mundo se pueden extrapolar al ser humano, pues fuimos animales (digan lo que digan, sin pruebas, los creacionistas) y seguimos siéndolo más de lo que nos gusta reconocer.
En las relaciones hay muchos roles, y podríamos diversificarlos mucho, pero hoy se me ocurría pensar en tres:

Los corderos, que pueden tener más o menos mala leche, pero que van en manada, que suelen correr ante las adversidades, y que son las presas de cazadores como los lobos. Es la actitud de los corderos la que los hace así, y pueden convertirse en lobos si la vida les da las oportunas lecciones. Los corderos suelen adoptar posturas conformistas en las relaciones, les gustan las cosas fáciles y poco rebuscadas, pero no pueden evitar sentirse fatal e irremediablemente atraídos por los lobos, aunque intuyan el destino a su lado. Grandes necesitadores de afecto, equivocan a menudo su necesidad de ser queridos por la de ser comidos, y acaban trasquilados y perdidos.

Los lobos son cazadores, y como tales, parecen tener siempre una constante necesidad de presas. Unas veces se puede ver la sangre en sus labios, otras tan solo se puede sentir en su mirada, pero disfrutan cazando corderos, más como deporte que por necesidades culinarias. Siempre quieren más, más dinero, más objetos, tener la casa o el coche más grande, y miden sus ascensos en la vida con esos cambios materiales. Un lobo siente deseo por otros lobos, y los corderos suelen ser un juguete mientras encuentran un lobo que sea un digno rival, y si el que encuentran es más grande que ellos, pueden sin darse cuenta, convertirse en corderos.

Los elefantes son tan grandes en si mismos, que no se preocupan de lobos o corderos, y tratan a todos por igual, no teniendo miedo a los enemigos que tan bien conocen, ni sintiéndose en la obligación de avisar a los corderos del peligro que corren, sabedores de que ellos eligen ese destino. Se limitan a disfrutar del mundo y alimentarse de él para mantenerse tan grandes como son, sin olvidar que algunos nacieron corderos y quizás, durante un tiempo, fueron lobos. Cuesta tanto trabajo llegar a ser elefante que no olvidas el camino, y luchas a diario por mantenerte así, sin conformismos debilitadores ni sedes que nunca se pueden saciar. Los elefantes necesitan de elefantes, y apareados, se hacen más grandes pues se alimentan mutuamente. El único problema es que hay muy pocos elefantes si los comparamos con los lobos o los corderos, y eso hacen que hagan grandes viajes solos.

Lobo con piel de...

Podríamos dibujar más roles, hacer más comparaciones.
Hoy me encontré pensando en estas tres, intentando saber cual soy, y cual quiero ser.
¿Veis algo coherente en mis palabras o debo retirarme a meditar?
Supongo que siempre hay algo interesante en todo…
y nunca debemos dejar de pensar,
en mi caso, en voz alta.

Que empecéis bien la semana

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1 respuesta

  1. Lola dice:

    Todos, creo que para aspirar a ser elefantes, como mínimo, hay que pasar por corderos…en función, del momento y de actitud…..
    Ya el rol de lobo es más exclusivo, quien nace lobo, sigue lobo,va en su naturaleza.
    Y ahora, lanzo una pregunta…¿ acaso a lo largo de nuestras vidas no nos hemos sentido en muchas ocasiones corderos, elefantes e incluso lobos? Responderé yo la primera: – sin lugar a dudas_;)
    Es condición humana…acaso no somos animales?

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