La Reunión de los Objetos que Esperan su Momento

Por las noches, cuando las consciencias se apagan, hay una reunión de amigos en alguno de los rincones de nuestros hogares. Ellos se sienten como un club de poetas muertos, rodeados de encanto y magia, tienen algo sagrado que los une, por diferentes que sean sus orígenes y posibles destinos, hay un nexo que les hace compartir conversaciones y risas mientras encuentran su sentido, se trata de los objetos que esperan su momento.
Ayer… los estuve espiando en mi casa:
 
«A mi me compró en una feria del libro de ocasión, pero aún espero que sus manos me hojeen.» cuenta un libro de Frank Herbert, mientras una película en DVD le contesta «¿Te puedes creer que a mi ni me ha quitado el plástico?» y entonces otra película añade «Yo quería ser el rey de la selva… pero me he quedado en un coleccionista de polvo«.
Se lo toman con humor, son optimistas y románticos, creen en ese «momento» que llegará y les permitirá cerrar un círculo, no saben qué hay más allá, aunque lo sueñen, tan solo fantasean el siguiente paso en sus existencias que están puestas en pausa, y solo se sienten de nuevo especiales cuando llegan estos momentos de intimidad con amigos del gremio.
«Nuestro futuro es complejo e incierto» indican una pareja de latas gemelas de sardinillas en aceite «Creo que él ha dejado de comer pescados pequeños, así que como no llegue un invitado con antojo… me veo así siempre» y otra de las películas en DVD con plástico responde «Pues yo lo tengo complicado, porque me compró, pero luego descargó lo que yo le ofrezco de Internet por ser más cómodo ¡Moriré con el plástico puesto! jajajaja«. Se acerca un disco en CD, y se une a la charla «Yo tengo el mismo problema, me compró para que me firmara mi compositora, pero no parece que tenga intención de escucharme«. Se aproximan un par de libros, y uno de ellos opina «Él se lo pierde, yo le ayudaría a comprender algunos de los secretos de su trilogía favorita«, y el otro, algo más triste «Yo fui un regalo posterior a otro libro con el mismo contenido pero más bonito»
 
«Bueno, lo dejamos aquí ¿no? ¿Nos vemos mañana?» dice un libro de Silvia de Béjar, «Dejaros de tonterías» añade un libro de Wilde desde la estantería, «Si nuestro destino no nos alcanza antes» replica otra película sin abrir. «Que la plenitud os llegue pronto, hermanos» agrega filosófica la lata de sardinillas, y con una sonrisa compartida, vuelven a sus cajones o estanterías, a seguir en la incierta espera… del momento adecuado, de completar su sentido.

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7 Respuestas

    • KATREyuk dice:

      Sí que tiene su encanto ¿no?
      El otro día se me ocurrió la idea… y aunque podía haberla trabajado mejor, ahí está, con foto y todo jajajaja

  1. Ana dice:

    Todo tiene su sitio y su lugar, y a lo mejor, el de las pequeñas cosas que están algo aburridas por casa es el del momento inicial donde las compramos/ nos las regalan. Pero aún así, lo bueno es que permanecen y existen, y sobre todo, como tú dices, no pierden su optimismo esperando a ser útiles. ¡La lata de sardinas filosófica es la mejor!

  2. Tegala dice:

    Qué encantador diálogo!!! Esperando sus momentos especiales, su objetivo…así hay muchos en las casas de todos… Me ha gustado mucho. Genial!!! Abrazo lento

  3. Olga dice:

    Que buena ocurrencia, este diálogo con las cosas que sabemos
    qiue están ahi, sin usar, casi olvidadas..pero que sabemos que
    nos acompañan …
    Y es asi…»Algunas cosas se hacen tan nuestras que las olvidamos»
    Un abrazo de quien siempre te recuerda :)*

  4. Shubhaa dice:

    A ver si una noche de estas me asomo por un resquicio a escuchar qué se cuentan los objetos de mi casa!
    Gracias por el regalo!
    Abrazos que escuchan furtivos

  5. Bruma dice:

    Me has hecho reir, y me han caido muy bien las sardinillas! :-)

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