Decepcionar… ser decepcionado

Esta mañana me encontré este extracto en el blog de Madame Tafetán

Decepcionar.
Ser decepcionado.
Fingir que no nos decepcionan.
Creer que no decepcionamos.
Por si algún día te dejo en la cuneta.

Harkaitz Cano

 
 
Y me hizo pensar sobre las decepciones, en sus dos variantes, las que he vivido y las que he causado. Por un lado, lo vivido me ha enseñado a celebrar las decepciones como victorias, pues a menudo una decepción no es más que el descubrimiento de la cara tras la máscara, o la verdadera dimensión de alguien, o bien… descubrir que el afecto de alguien no es real.
Por otro lado, he aprendido que intentar evitar decepcionar al mundo es una batalla perdida, pues te verías inmerso en una espiral de expectativas que pueden tener muy poco que ver con lo que realmente deseas para ti, y que es parte fundamental de tu felicidad.

Las vividas…
Hay quienes dicen que tener expectativas es un acceso directo a las decepciones, y que viviendo sin expectativas se es más feliz. Yo lo intento, pero seamos honestos… si alguien te acaricia, cuando te de una bofetada te llevarás un chasco, una decepción, es fácil acostumbrarse a lo bueno. Hay gente cuya incoherencia les hace habitar entre ese frío y calor constante, y pese a mis desvaríos y propias faltas de sentido en mis actos, intento vivir en un razonable punto medio, evitando los excesos y los defectos por igual.
Las decepciones endurecen la piel, aunque no debemos permitirles que nos arrebaten la inocencia cuyo cristal, permite ver más contrastes en el mundo.

Las causadas…
Hace muchos años me di cuenta de lo agotador que resulta vivir según lo que los demás esperen de ti. En el amor, en la amistad, en la vida… debes ser quien tu quieras ser, no quien quieran que seas. Ponerte una máscara puede hacerte olvidar la verdadera forma de tu cara, así que en la medida de lo posible intento evitarlas. Una pareja no te dejará porque no te haga feliz… deberás hacerlo tú, con la inevitable decepción, pero del mismo modo alguien que no te considere adecuado deberá mirar siempre, por encima de todo, lo que necesita.

Duele ser decepcionado, duele decepcionar a alguien… pero ambos deben superarse del mismo modo…

Las tristezas no se quedan para siempre cuando caminamos en dirección a lo que siempre deseamos.
Paulo Coelho

Todos nos debemos siempre, en primer lugar, a nosotros mismos.

Con respeto y equilibrio, certeza por bandera e ilusión por viento,
llegaremos siempre a buen puerto.

Tristeza y melancolía no las quiero en casa mía.
Santa Teresa De Jesús

 
 
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