Tu espacio propio

Una de las cosas que he vivido, y que he visto en muchas personas que han tenido unas u otras circunstancias, especialmente relaciones largas con mal final, es la necesidad vital de ese espacio propio, de su tiempo libre, preservándolo a toda costa. Está claro que cada persona vive las relaciones humanas a su propia manera, y por ello, necesitamos cosas distintas. Hay quienes gustan de estar 24 horas al día con su pareja, o con sus amigos, y que son incapaces de hacer planes por separado. Otras personas, algo que suelo admirar, trabajan muy bien en equipo y saben disfrutar en ocasiones de planes diferentes y sacarle más zumo a los momentos que comparten, haciendo muchas más cosas en conjunto, algo que les beneficia como pareja y como individuos.

Tras una relación larga en la que te has volcado del todo en otra persona, hay dos opciones (grosso modo): Buscar otra pareja, o reconstruirte y darte una capita de pintura. Lo de buscar otra pareja yo le llamo «Pin y Pon», eso es otro tema. Lo de la reconstrucción, suele beneficiar a quien normalmente más perjudican tus relaciones, a ti mismo. Si te detienes a ver qué quieres y necesitas, empezaras a retomar pasiones, aficiones, amistades… construirás un mundo rico y muy pleno (quien conoce mejor que tú lo que necesitas y te hace feliz), y tendrás un miedo atroz a que llegue otra persona y lo «destruya», esa es una barrera que a día de hoy, imposibilita muchas relaciones y hace que la gente prefiera una «soledad» (en mano) plena a una posible pareja (volando) precaria.

Unas veces nos gustaría que alguien sobrepasara ese espacio de seguridad, otras que se alejara de él… no es fácil lidiar con esos sentimientos, y a menudo lo reflejamos en nuestras inseguridades. Yo, por ejemplo, prefiero pecar de ausente que de pesado, y no suelo ir a un sitio si no he sido invitado, aunque pudiera ser bien recibido y esperado.


Image from Stockvault called «Heilstatten G«, by Jascha Hoste (Thanks)

En mi caso, necesito mi espacio. No suelo aburrirme y siempre encuentro alguna pasión a la que dedicarle mi tiempo, y desde la última relación seria, he tenido problemas para compartir mucho tiempo con alguien. Me gusta compartir un día agradable, con paseo o película, con comida y/o cena, pero si por ejemplo es un fin de semana, necesito disfrutar de unas horas de descanso, de tranquilidad y «espacio propio». Incluso alguna vez que he viajado a Galicia, he reservado esas horitas a mi vuelta y llevo mal eso de llegar de un viaje, meterme en la cama, y al día siguiente ir a trabajar, necesito esparcirme… suena mal, pero no es nada porno, es disfrutar de tu casa y de ti mismo, esto último, solo a nivel mental.
Y aunque me considero una persona muy tranquila, cuando se invade ese espacio se me activa el «modo fuga», y necesito ese aire que me falta cuando soy condicionado a hacer cosas que no quiero, y es increíble las tonterías que puede hacer alguien que se queda sin oxígeno. Con lo sumiso y complaciente que yo era… y mirad en qué me he convertido.

Nada sencillo el equilibrio entre el «yo» y el «nosotros»,
entre tu espacio… y el nuestro.

Y tú ¿Qué necesitas?

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8 Respuestas

  1. es importantísimo tener tu propia parcela de intimidad para encontrarte contigo mismo, quererte, cuidarte… hacer todas esas cosas que solo se pueden hacer estando solo. Relacionarte con otras personas además de tu pareja es vital para encontrar el equilibrio
    A veces uno no sabe lo que necesita y para descubrilo debes pasar tiempo contigo
    un besito cariñín

  2. Lau dice:

    Te comprendo a la perfección. Esto de verdad, parece que lo hubiera escrito yo, y no lo digo en broma. Dos medias naranjas hacen medio zumo… pero las naranjas completas hacen una jarra. Y mucha gente no lo comprende, menos mal que hay gente que sí ;) En mi caso, creo que necesito esos ratos de espacio en soledad, porque me suelo dar mucho a los demás, y necesito recuperar algo de toda esa energía y reenfocarla hacia mi interior…

    Respecto al tiempo en pareja, en mi caso aprecio más la calidad de ese tiempo juntos, más que la cantidad. Y la confianza de poder hablar de qué necesita cada uno. Llevo años diciendo que la hiedra que se abraza al árbol acaba por estrangularlo, y que nadie puede amar a su carcelero. La libertad es lo más bonito del ser humano. Este tema da para mucho, un beso.

    • KATREyuk dice:

      Buena frase la de la hiedra y el árbol… y sobre los carceleros, dejas de amarlos libremente para quererlos porque te llevan la «comida» cada día, y eso no es sano…
      Si si si siiii

  3. Wilsoke dice:

    Soy de los tuyos… Para bien y para mal. Como en muchas cosas, al final el tema está en mantener un equilibrio, en este caso entre «tu tiempo» y «nuestro tiempo». Y bueno, en encontrar una persona con el que «sincronizar» ese equilibrio.

    Y ambas cosas son muy difíciles de conseguir :)

  4. Tegala dice:

    Muy bonito el simil de la hiedra y el árbol que hace Lau y tiene toda la razón.
    En mi caso ese «espacio» personal lo encuentro en mi casa compartida muy bien, no me agobia la presencia de mi pareja, al contrario, me agrada. Entiendo perfectamente eso que dices de tu espacio a solas para esparcirte… yo soy igual, pero tener pareja no me ocasiona la pérdida de ese espacio propio, en eso estoy servida.
    Lo cierto es que no todo el mundo entiende que esos momentos para disfrutar de la soledad, de la música que nos gusta, de un buen libro, esos momentos para relajarnos, pensar o escribir no significan que se ame menos.

    Un abrazo

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