¿Y sí me equivoqué?
El otro día me puse a hacer limpieza en mi carpeta de fotos. Desde 2003 tengo fotos de mi vida en formato digital, que he ido archivando metódicamente en orden cronológico. Juntas, son unas 100 gigas, y eso son muchas fotos. De ellas, una gran parte, seguían en una carpeta en mi ordenador.
Muchos son los temas, pero sobre todo, durante cuatro años, mis fotos giraron entorno a algo en concreto, una persona que fue el centro de mi Universo en ese periodo, con la que compartí algunos de los mejores años de mi vida. Hicimos muchos viajes, con su sonrisa y mis cualidades hacíamos de cualquier actividad un gran momento. Mientras metía las fotos en DVD’s, se acercaba sigilosa a mi una pregunta traidora… ¿Y si me equivoqué?
No solo es extraño ver pasar fotos en las que sale tu cara pero ves a otra persona, en ese camino virtual te encuentras también con otros seres y la curiosa evolución sentimental que te produce reencontrarlos, por lo que eran para ti, y lo que son ahora. La familia de ella que me trató tan bien que solo puedo guardar buenos recuerdos, aquel hermano que tenía en Sevilla y que se convirtió en un extraño, las personas que estaban unidas y que ya nunca podré volver a tener en mi vida juntos, gente que tenía cerca y que ahora siento tan lejos. Ver cómo han cambiado mis seres queridos, ver cómo he cambiado yo… el mundo gira y no se detiene, si lo miras en conjunto, puedes marearte, si te centras en el balanceo que produce en tu alma, incluso podría gustarte el viaje.
En estos dos años no he tenido ninguna relación que llevara a algún sitio claro y definido. En más de una ocasión me he preguntado si lo vivido me ha dejado inválido emocionalmente (temporalmente), y mi razón dice que no es así, entre dudas. Una vez pasados los primeros meses, siempre he sabido que aquello era necesario, que ha sido una gran oportunidad para ambos, ella es más feliz, y que yo tenía otro camino diferente por recorrer, si bien es cierto, que quería creer para darme ánimos que «la mujer de mi vida» me esperaría con un lacito una vez pasado un tiempo de todo aquello.
Sin embargo, no fue ese mi regalo.
Aprendí a estar conmigo, a mirarme al espejo y ver más allá de mi reflejo. A no magnificar personas ni idolatrar recuerdos, a recordar lo bueno y lo malo por igual, a mantener la mente ni fría ni caliente. A ser un observador de mi entorno, tomando nota en silencio de algunas de las claves que podrían darle o no sentido a mi mundo, algún día. Aprendí a ver cosas que jamás había visto, aunque las tenía delante. Aprendí a no coger caminos fáciles, a enfrentarme a la dura soledad y el enorme vacío de noches con los pies fríos, a ver el color en cada tormenta, a que los golpes más duros me doblegaran pero no me tumbaran, tuve que cruzar algunos desiertos… pero al otro lado, ante mi sorpresa, estaba yo.
Porque hay personas que te dejan una huella imborrable, que nunca dejaremos de querer, aunque sabes que ya sólo como amigos. Porque hay fes que no olvidamos y que nos llevan al lugar donde debemos acabar, no pasando por sitios fáciles, pero sí los necesarios. Porque todo pasa por algo, si bien sin el tiempo como perspectiva nos cuesta entenderlo. No debemos culparnos por las decisiones que tomamos por unos motivos que no dejan de ser reales porque los olvidemos, cuando algo se rompe, es porque no era fuerte. Debemos escuchar el silencioso violín de nuestro corazón, el ronroneo del viento que comunica nuestras almas, mientras dejamos que nuestros pies nos lleven a nuestro destino.
No, no me equivoqué…
Perdí mas de lo que tenía, pues debía quedarme vacío.
Empecé con pequeñas verdades, y después puse las cortinas y demás complementos.
En todo este tiempo, quizás haya seguido sin tener la menor idea de a donde me llevará mi camino.
Pero cuando me miro al espejo… sé quien soy
Me gustan las frases. Yo muchas veces me planteo si me equivoco. Entonces recurro a estas tres citas:
«Me gustan mis errores, no quiero renunciar a la libertad deliciosa de equivocarme.» Charles Chaplin
«Si no te equivocas de vez en cuando, quiere decir que no estás aprovechando todas las oportunidades.» Woody Allen
«Si has tomado el camino equivocado, no sientas lastima por ti mismo, ¡da la vuelta! » Autor desconocido
Rara vez nos equivocamos, en general, ESCOGEMOS. Y uno escoge lo que cree que es mejor… si realmente te ha servido para todo lo que explicas, no sólo no creo que no te equivocarás; creo que hiciste lo que tenías que hacer.
Besos
Hermosa reflexión. Más quisieran otros «saber quiénes son», la próxima vez que nos veamos te lo preguntaré. Guarda los buenos recuerdos, aprende los malos y sigue soñando. Una red más en este océano.
Un abrazo.
Me hace cierta gracia como constantemente las reflexiones sobre tu vida me hacen reflexionar sobre la mía. Creo que todos tenemos claro que no te equivocaste, pero ya no porque aquella persona fuese la adecuada o no, sino porque te has encontrado (o acercado) más a ti mismo. Y eso es algo que todos deberíamos hacer.
Al menos yo soy consciente de que si hubiese dedicado más tiempo a encontrarme a mí misma no habría cometido tantos errores o los habría identificado antes.
Por lo demás, seguiré equivocándome toda la vida. En eso consiste vivir. Sólo espero estar cada vez más cerca de quién quiero ser.
Y ya si pudiese compartir eso con alguien, pues sería la leche, claro!
bicos
Qué pedazo de entrada, reflexión y canción. Olé tú. Brindo por ti en sueños esta noche
Muchas gracias por vuestro cariño…
Sobra decir que esta vez el «striptease» fue más integral que en otras ocasiones, y el cariño y la comprensión se agradecen para superar la verguenza, que aunque haya quien no lo crea, la tengo, y bastante.
Un abrazo enorme a todas
hoy buscando «cosas» en internet me encontre con tu blog, lo estube ojeando, dandome vueltas por ahí y por allá y me he sorprendido del contenido, pero lo que más me llamó la antención fué esta entrada. me siento como leyendo algo privado e íntimo, como si me estubiera viendo a mi misma, es rarísimo, pero me gusta.
debo darte las gracias por compartir esto, y decir que quiero equivocarme más, y pensar con la mente mas fría. voy a aprender a hacerlo denuevo.
te agradezco la lectura y voy a volver a pasar, definitivamente, mas seguido por aquí.