Leer vidas

Me gusta pasear tranquilo por la calle, sin la prisa que nos pone orejeras e impide que observemos lo que nos rodea. Con tiempo para hacer desiguales los pasos, de sacar fotos con retina o cámara, de ser amable y sonreírle al mundo y sus seres, de interpretar gestos y detalles para, jugando a sentir, intentar imaginar y leer vidas.
 
Me pregunto si el decidido paso de tacón de la chica en minifalda esconde ese tan humano temor de no agradar, si el hombre de aspecto sucio y desordenado que lee un catálogo de lencería podría ser cómplice en una gran conversación, si el niño que sonríe a su madre tiene ya algún sueño en el horno ¿qué historia esconde el hombre mayor que entona «killing me softly» con su guitarra eléctrica en la entrada del metro?
 
Cuando naces humano, lo haces sin manual, puedes hacer como un gorrión, y seguir el camino de comida y nido, o como la urraca, que añade a eso el perseguir objetos brillantes como metáforas de momentos, condensación de pensamientos que como pequeños tesoros, guardarás en una caja, dentro de ti.
 
En cualquier caso, la vida es cíclica, respiras y te llena de aire, expiras y te deja vacío para renovarte. En un estornudo tu Norte pasa a ser tu Sur, y un bostezo anuncia que necesitas un café emocional que te haga abrir bien los ojos para exprimir y disfrutar cada exhalación.
 

 
Compradores de Oro, vendedores de helados derretidos. Madres posesivas, tiendas de zapatos de saldo. Músicos sin techo, abuelas cotillas, hombres salidos, mujeres sencillas. Pregoneros afónicos, cazadores de amor sin compasión. Fumadores sin tabaco, ferreterias emocionales, sillas de ruedas, personas… que son umbrales.
 
Me gusta pasear tranquilo por la calle… intentando desnudar almas, buscando sin buscar… los ojos que desnuden la mía.

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4 Respuestas

  1. Moona dice:

    Es una gozada cuando es como dices, cuando nos damos tiempo a disfrutar del placer de pasear, sin mirar el reloj, sin recorrido preestablecido, engullendo cada detalle que captan nuestros sentidos. ¡Qué bonito lo contaste! :)

  2. o sentarte en un banco cualquiera a comer pipas y observar, observar y abrir más los ojos si cabe viendo la gente y sus vidas pasar por las calles de Madrid

  3. Olga dice:

    Soy una gran observadora de la gente, de la vida….a veces necesitaba estar sola y salir a caminar, sentarme en alguna plaza y ver, como si fuera una película, a todas y a cada una de las personas que se movian dentro de esa escena.. fantaseando como sería sus vidas…algunas se las veia tristes..otras alegres y extrovertidas…me gustaba oir las risas de los adolescentes y de los niños jugando y sentir el tibio sol que se filtraba entre los árboles…era como un cargar las pilas y ver la vida desde afuera…como espectadora. Cuando era niña me gustaba mirar a
    las personas e imaginar que animal sería cada una de ellas…no olvido a un señor que era un perfecto San Bernardo…jajaja esa imágen me quedó muy grabada…Me da «cosas» contar esto… son sentimientos intimos…please don´t laugh…I´m ashamed ^///^
    Me gusta cuando escribes desde el alma =*

  4. Bruma dice:

    La verdad es que tambien me gusta observar e imaginar realidades ajenas. Es muy curioso, conmovedor sin duda, sobre todo en tu Madrid, tanta gente distinta, tantas vidas difíciles, tanta gente perdida y tanta gente encontrándose. Vida Urbana.
    ¿Sabes lo que recuerdo de ti en la ciudad? Ese momento de negarte a correr para coger el bus y evitar caer en el ciclo de estrés matinal. Me pareció algo precioso y muy tierno y se que siempre recordaré eso de ti, como recuerdo tan vivo cuando te dejé alli, en la estación de autobus, tras hacerte mi primera visita. Se me rompió un poquito el corazon ese dia.
    Achuchon grandote.

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