El viento del marinero

Ella estaba tan triste, que en la soledad de su despacho no pudo evitar comenzar a llorar mientras sus manos seguían buscando las teclas que completaran el email.
Apareció un hombre por la puerta, ella creía estar sola en la oficina, pero por lo visto… no era así.
Aquel «compañero desconocido» se acercó y le preguntó:
¿Estás bien?
Ella se sintió furtiva e intentó sin éxito recuperar la compostura. Él se acercó para intentar consolarla.
¿Puedo hacer algo?
Ella seguía recogiendo aire para detener aquella fuga. Se levantó y buscó un cleenex de su bolso.
El se aproximó a ella y le puso una mano en la espalda.
Todo tiene una solución. – añadió él, pero no fue suficiente, ella se dio la vuelta con el pañuelo en la mano y sus ojos llorosos, y entonces, cuando parecía que su llanto iba a comenzar de nuevo, él la cogió en sus brazos obsequiándole un abrazo tan humano como sincero. Estuvieron así un buen rato, ella olvidó lo extraño de aquello y comenzó a sentirse mejor, encontró fuerzas para dejar de llorar, y así compartieron unos minutos en los que él se entregaba y ella se apaciguaba, una naúfraga en los brazos de un desconocido que extrañamente, le hacían sentirse como en casa.
Pasado un buen rato, tuvo fuerzas para separarse de él, y sus ojos se quedaron mirándolo directamente, con sus caras separadas por menos de un palmo. En aquel instante, reemplazo su tristeza por una tensión que ambos sentían, sus miradas comenzaron a moverse entre sus ojos y sus labios, y se besaron con dulzura y calma, un único beso, sentido y largo.
Al cabo de un rato ella se separó nerviosa y molesta.
No puedo… yo… estoy casada…
Él seguía tranquilo pese a todo.
No ha pasado nada, solo ha sido un sueño.
La mujer sonrió, y se calmó un poco.
¿A que todo está mejor? – le preguntó el hombre
Si – respondió ella suspirando – muchísimo mejor.
Pues a alejar de ti esa tristeza y a pensar en la cara brillante de la vida ¿Vale?
Eso haré
El hombre se fue dedicándole una gran sonrisa al salir por la puerta. Ella se sentó mirando el ordenador dándose cuenta que ya no podía hacer nada mas aquel día. Pondría rumbo a casa, origen de su tristeza, para arreglar las cosas con su marido, últimamente tan distante, y con esas fuerzas renovadas intentaría darle un empujón a la relación.
Salió de su oficina y vio que ya no había ninguna otra luz que la de su despacho. Sorprendida, se dio cuenta de que allí no había nadie más. Preguntó en voz alta si quedaba alguien, y sin respuesta, salió por la puerta principal. En ella había una nota que decía:
 
«Poco importa al marinero de dónde viene el viento si este le lleva a casa.»
 
Sonrió. La guardó en el bolso y tras coger el ascensor, bajó a la salida del edificio.
Allí, se acercó al guardia de seguridad y le preguntó:
¿Ha salido alguien en la última media hora?
No señora, no sale nadie desde hace 2 horas ¿Pasa algo?
No… no pasa nada. Muchas gracias. Buenas noches
 
Cogió el coche rumbo a casa.
Al día siguiente, fresca y vital, habló con su marido y se entendieron bien. Algunos problemas los resolvieron, otros, los fueron resolviendo en las siguientes semanas.
Ella rebuscó en sus bolsos una nota que nunca volvió a encontrar.
Aunque jamás olvidó aquel sueño, aquella frase, y lo que había supuesto en su vida.


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4 Respuestas

  1. Andrea dice:

    Una brisa de aire cálido para el alma !!!
    Gracias por compartirlo.
    Saludos.-

  2. Moona dice:

    Preciosa y reconfortante historia. Unos más que otros necesitamos a veces un «compañero desconocido» o no, real o imaginario, nos recuerde que hay una solución para cobrar de nuevo confianza y fuerza y afrontar los problemas paso a paso. Me encantó, Kike.
    ¡Abrazo gigante! :)

  3. Olga dice:

    Me encantó la historia, hermosa y melancólica…»él la cogió en sus brazos obsequiándole un abrazo tan humano como sincero…» A veces nos hemos sentido naúfragos en la vida y cuanto reconforta un abrazo cálido y sentido, y sabias palabras que calman nuestra tristeza. Aunque vengan en forma virtual o en sueños, ya que algunos tienen la mágia de llegar al corazón más profundamente que uno real…
    Gracias Kike por compartir, que tengas un buen fin de semana!!
    Un abrazo inmenso *-*

  4. Tegala dice:

    ¿Qué te digo? Muy hermoso, me ha gustado muchísimo.

    Gracias

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