La falsa amabilidad de algunas personas
Supongo que los años te van enseñando cosas que la experiencia conserva como parte de lo que somos y sabemos, hoy en concreto me refiero a la firme creencia de que aquellos que exageran su amabilidad, son a menudo, unos verdaderos cabrones, cualquier generalización es mala… pero forma parte del hombre intentar establecer estas generalidades ¿no?
En su día, cuando alguien llegó a mi empresa, todo el mundo decía «Qué persona más encantadora bla bla«, y yo por aquel entonces desconfiaba de esta amabilidad y dejaba a juicio del tiempo si esta persona, como otras que le habían precedido, eran realmente amables o solo usaban los buenos modos como un arma para caer mejor y obtener aquello que deseaban en cada momento. Hoy he podido ver la verdadera cara que se esconde detrás de uno de estos seres «exageradamente amables«, y efectivamente, podemos confirmar que nuevamente, mi teoría tiene algo de cierto.
Quizás tenga que ver el énfasis científico de este post la revisualización de 4 capítulos de «The Big Bang Theory» mientras comía… pero ¡qué coño! ¡mola un montón! Ayer, cuando cogía el autobús, pensaba también sobre otro estereotípo sobre el cual aún no estoy listo para formular una hipótesis creíble, se trata de un sujeto presente en la cola de quienes esperábamos el autobús… se trata de «la zorra sabionda cuarentona madrileña«, que por definición, sería algo así: «Típica mujer que sabe más que nadie de todo y que trata al resto del mundo como seres inferiores. Orgullosa de su acento, lo luce en contínuos derrapes lingüisticos, y no escatima hablarle a todo el mundo para dejar patente su creencia de superioridad. Existe la teoría de que haciendo esto, oculta un complejo de inferioridad que conserva desde la infancia…»; vaya, que tras aguantar varios comentarios a unas señoras mayores y una espera de un rato, cuando comenzamos a subir al autobús (yo iba 3 o 4 personas por delante de ella) pensé «No quiero aguantar a esta tía, quiero sentarme en la otra esquina…» y seguí pensando «Como es como es, querrá sentarse al lado del conductor para darle la brasa durante todo el camino contándole lo genial que es ella y todo lo suyo, así que me iré al fondo…»
Y esa teoría sin aparente fundamento se cumplió, y se quedó en primera fila torturando al pobre conductor, mientras yo pude hacer mi viaje tranquilo… así que, dejando de lado esta última teoría aún por concretar, hacedme caso y mirad con recelo a la gente excesivamente amable, en la otra cara de esa amabilidad podría esconderse algo bastante más oscuro.
Lo de la falsa amabilidad lo tengo muy aprendido. Pero lo de que dentro de 10 años la gente me considere una cuarentona creo que no lo asumiré nunca…
jejejej… al menos a mi me quedan 20 años para ser considerada cuarentona… ;)
No tiene mucho que ver, pero me apetece contarte un ejercicio que nos han mandado en la universidad.. tenemos que romper la rutina comunicativa. Explícome.. debemos entablar una conversación con alguien con el que en principio, no hablaríamos. Yo lo he hecho hoy en el bus y, por suerte, ha sido amable (sin falsedad) Y la verdad, reconforta…
un besote!
No volvería a los 20 ni aunque me pagaran por ello… xD
Mmmmmm Creo que esas personas se han llevado demasiado protagonismo con este post… ¿Por qué no hablar de esa gente que es amable por fuera y por dentro? Seguro que si piensas en ello hay más personas que te hayas encontrado así… En fin, siento que te lleves esos fiascos, es que las expectativas no siempre son buenas…
Un abrazo desde el sur.
=)
El candil de bronce mira por encima del hombro al de barro, pero cuando sale la luna, le dice: «hermana, querida hermana!!» (Tagore dixit)
Te sigo, chaval, aunque esté en silencio.
Un abrazo.
Bueno… hay de todo en esta vida!!
Yo soy amable con los demas, aun cuando ellos no los son… Pero es cierto lo que dices, que muchas personas tienen una doble «personalidad» con el fin de alcanzar lo que quieren… oportunistas que matan a «cuchillito de palo» ye sonrien, mientras te jo..roban la vida!
pero asi es la vida!! Pero por uno de esos, hay 9 mas que son verdaderamente amables y buenas… No te desanimes..
Saludos desde el caribe,
La verdad es que sí. A mí me pasa bastante cuando cojo el bus. Es que los especímenes de los que hablas abundan mucho, eh?
Especialmente el de la «zorra sabionda cuarentona madrileña».
Si es que te topas por aquí con cada pedante que dan ganas de tener unos tapones a mano para no tener que oirlas, y no es una forma de hablar!
En esos momentos unos auriculares de Ipod me valdrían, pero la verdad es que aún no tengo. Y sólo lo echo de menos en momentos como esos…
Saludos y ánimo, que por fortuna no es así todo el mundo…!