Escuchas cosas muy diferentes, dependiendo de la actitud con la que escuches.

Estos días tengo a mi madre de visita y hoy estoy intentando que se enamore de Ted Lasso, la que es posiblemente la mejor serie de Apple TV en estos sus primeros años. Ted es un personaje diferente, brotando directamente del corazón y dando rienda suelta a reflexiones increíbles y enseñanzas tan curiosas cómo certeras:
 

“Aceptar un reto
es como montar a caballo,
si estás cómodo
lo probable es que lo estés haciendo mal.”
 
Ted Lasso – Episodio 1, temporada 1

 
Y yo pensaba en esa actitud mágica que tiene siempre Ted, escuchando con la mejor sonrisa, e ignorando insultos y borderías de la gente, confiando en sí mismo y no entrando en conflictos que no le aportarían nada. Es increíble cómo ante un mismo diálogo, podemos escucharlo de muchos modos diferentes y cada uno podemos interpretar realidades muy distintas. Me pasa al hablar con la gente, y me pasa mucho en este blog, al escribir. Hay veces que escribo algo como un elogio, y alguien lo interpreta como un insulto, otras me pasa al revés. Una de las máximas de este momento de la humanidad es que tienes que entender que por bien que hagas algo, habrá alguien que te odie por ello, y eso haciéndolo muy bien. Yo no soy maestro en nada ni hago las cosas del mejor modo, aunque intento aprender, y del mismo modo que me he encontrado quien me aplaudía por algo, nunca me han faltado tortazos.
Es muy doloroso que alguien a quien quieres crea que haces algo por dañarle, que por liberarte en tu blog, vea algo pretencioso o dañino en tus actos. Yo no soy así, y si escribo aquí es como terapia hacia mi, cómo diario, y cómo huella, y porqué la vida me ha demostrado que los errores o aciertos de una persona pueden ayudar a otra en su evolución por la vida, todos somos escalones para otras personas, y baches, y salvavidas, y timones, y puntos de partida.

 
“Aprecia a la personas por lo que son
y perdónalas por lo que no son.”
 

Por supuesto, tras 3 capítulos, mi madre se ha enamorado de Ted.
Y yo estos últimos días he aprendido que aunque abras tu corazón y saques de dentro tu mayor secreto para compartirlo con alguien, eso no quiere decir que ese alguien lo valore en la misma medida. Puedes decir tu mayor verdad al jurar lo que sientes, y puede que pese a ello, no te crean. Y puede ser que también lo merezcas, pero eso no hará que sea menos verdad, ni que la actitud de esa persona al escucharte sea parte del problema.

 
“¿Crees en fantasmas?
Si, creo, pero lo más importante
es que los fantasmas
son los que necesitan creer en ellos mismos”
 

Ted Lasso es una serie de las que tocan el corazón, no hay muchas.
Él te enseña lo importante que es ser tu mismo, y aceptar tus errores, y avanzar pese a ellos. Creer en ti mismo, aunque hayas perdido lo que más querías, mañana podrás reinventarte y seguir dejando huellas bonitas en las vidas de gente para la que puedes marcar la diferencia. Siempre adelante, debería llevar tatuado en algún rincón de mi piel, empezando por perdonarte, y por hacer aquello que crees. Si quieres a alguien, díselo, si tienes que gritar, hazlo, esa fidelidad a tu corazón será crucial para seguir avanzando.
Siempre escribo aquí deseando no molestar ni ofender a nadie, a veces me equivoco. Por favor, entended, que ante todo, este rincón es esa playa a la que iba de niño y que ahora tengo lejos, es ese deshonesto asalto a la inmortalidad que como todos los demás, será vano e inútil, pero que por lo menos evita que esté frente a una cámara haciendo el gilipollas en YouTube. No busco protagonismo, solo… crecer, amar, aprender a vivir en presente, coleccionar instantes perfectos aunque mañana los haya olvidado todos.

 
“Los problemas son como las setas,
cuanto más los dejes en la oscuridad
más crecen.”
 

 
“Hay algo más triste que estar solo,
y es estar triste y solo.”
 

Gracias Ted.

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