Maneras de entender el amor

Según los paradigmas sociales, que a mis cuarenta y… POCOS esté soltero, debería considerarse un fracaso. Sin embargo, viendo otras relaciones que hay por ahí, tiene mucho de éxito. No tengo muchas parejas cerca de ejemplo que pueda usar de referencia y decir «Quiero ser como ellos«. Siempre he pensado que el día que me case lo haré con alguien de quien sentirme orgulloso y con quien pueda crear algo especial, y no una persona aleatoria que me elogie o me folle bien (con perdón), aunque quizás no debería decir eso último muy alto… no vaya a ser que me vuelva el boomerang kármico, que ya he caído en trampas así. Es triste, tanto si me pasa a a mi como a otra persona, conformarse con una persona que no te llena por necesidad afectiva o miedo a la soledad, de tener alguien a tu lado… siempre he creído más importante el quién que el qué, cómo y cuándo, y cada día tengo más claro que junto a la confianza y lealtad, necesito divertirme con mi pareja (fuera de la cama, y dentro).
Si dejamos de lado estos dos o tres años de toboganes y venenos (mea culpa al 100%), desde que se acabó mi última relación seria, hace una década, no he tenido una pareja sólida, y sin embargo ¿cuántos flechazos he tenido? Pues alguno que otro, a mi alrededor la gente se ha reído mucho conmigo, pues tan rápido como paso página, me encandilo con alguien nuevo. Y aunque no lo parezca, quiero sentar la cabeza… pero ¡No es nada fácil! Haré una aclaración para no herir a nadie, cada relación es un mundo, y a veces hay personas geniales con las que pesa la distancia o las diferencias a la hora de ver el mundo y la vida, aunque sea una pena teniendo fuertes puntos en común y un sentimiento intenso de afecto. En el camino se han quedado posibles parejas sensacionales, aunque también considero que tuve mis motivos para no seguir (o los tuvieron ellas) y complicar las cosas alargándolas innecesariamente en el tiempo. Las que más duelen son las oportunidades perdidas cuando la víbora me ponía la vida patas arriba, pero gracias a Dior… eso ya ha quedado atrás.
Tengo pensado escribir un libro de humor que tendría un nombre políticamente incorrecto genial, pero tendré que buscar algo más sutil, en el que cuente cómicamente estas historias. Aunque si algo me detiene es que siempre hay dos caras en cada moneda, y aunque yo me lo tomo con resignación y humor, no siempre es así en el otro lado, hay gente que lo ha pasado muy mal sin merecerlo, pues todos encajamos las cosas de maneras diferentes, y seguramente, ellas tendrían visiones muy diferentes de lo sucedido. Además, he de confesar que no siempre me he portado bien, y que mis motivos o razones no siempre eran fáciles de ver o entender.
Ahora mismo me centro en celebrar lo bien que sienta alejarse de personas tóxicas, vengan vestidas con una sonrisa, o más serias y vestidas de monjas, ese será un capítulo muy interesante de mi libro ¡Con la Iglesia nos hemos topado! Un ateo como yo que alguien pretendía convertir al lado oscuro, gran historia… ains Señor, dame paciencia.
 

 
Y cuando me ilusiono con alguien, tengo un amigo al que siempre sorprende mucho, o lo hacía: «¿Cómo lo haces?» Me decía, pues a él le cuesta más creer en la gente y apenas se ha ilusionado un par de veces en su vida, y el único amor parcialmente correspondido que tuvo le ha dejado cicatrices que le durarán toda la vida. Yo me llevé mi primera decepción con 17 años, cuando mi primera novia me duró 4 días, otra historia muy divertida, por lo menos ahora, no os imagináis lo que he llorado por las mujeres… cómo Gus, mi primer gran amor, que cuando me dejó me hundí tanto que no pude estudiar para selectividad, lo que condicionó que yo no estudiara arquitectura, y forzó que llegaran a mi vida los ordenadores, mi gran pasión vital, y que ellos me llevaran a Madrid y me den de comer a día de hoy… todo parece tener un sentido con la distancia, y el mundo nunca deja de girar. Recuperé el contacto con ella 20 años después, y somos amigos, a veces todo tiene un porqué tanto si lo vemos como si no es así, quizás alguna de mis charlas motivacionales calen en el ella y pueda aportarle cosas positivas, o ella a mi, solo lo sabremos… con tiempo y perspectiva.
A lo que voy «…he muerto y he resucitado, con mis cenizas un árbol he plantado, su fruto ha dado y desde hoy algo ha empezado…«; si algo me ha enseñado la vida, es que con calma… siempre te curas, el corazón cicatriza mejor si lo dejas al aire, lleva mal las corazas y ser aislado del mundo. Así que fui aprendiendo que si pierdes al que crees «el mayor amor de tu vida», es que habrá otro distinto después, incluso más grande, siempre diferente. Claro que habrá personas que nunca olvides, pero haz sitio para que lleguen otras nuevas si no quieren o quieres que se queden. Y cómo las mujeres son lo más bonito de la creación, es fácil encandilarse de una sonrisa… una mirada, un buen abrazo… y en mi obsesión por encontrar ese medio limón que se quede, a veces puedo haber olvidado exprimir a tope el presente.
Ahora mido más mis palabras, aunque a veces el corazón mueve mis labios, y he dicho burradas incluso más grandes de las que he oído. Sigo soñando con la persona que lo cambia todo, y sigo enamorándome de quien no debo, y quizás en navidad esté embobado con otra mirada. Estoy seguro que las parcas que tejen los hilos de mi destino, justo cuando aprenda a vivir plenamente sin expectativas ni buscar esos ojos que lo cambian todo… de repente pondrán ante mi lo que tanto tiempo busqué, y tendré que remodelar de nuevo mi vida para adaptarme a ello.
Cuando así sea… lo haré contento.
Qué bonita es la vida ¿no?
Sigo aprendiendo…
 

Porque la vida puede ser maravillosa.»
 
Andrés Montes
(1955-2009) ¡No te olvidamos jugón!

 




 

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