Escurrir el bulto
Me preocupa que esto sea una de esas cosas que molestan tanto porque sea algo que yo también haga, pero incluso así tiene sentido hablar de ello. Ayer pensaba en alto sobre esa actitud de mirar hacia otro lado tras un conflicto, y en lugar de hablarlo para solucionarlo… dejar que pase el tiempo, y aparecer un tiempo después como si no hubiera pasado nada. Quiero creer que yo no lo hago, si yo tengo una pelea con alguien intento hablarlo, pero si es un «contacto Tinder» o alguien que apenas conozco, tampoco estoy dispuesto a perder horas y horas hablando. Normalmente con un buen amigo, no necesitas horas de conversaciones, siendo claro y directo se llega pronto al entendimiento. A no ser que esté muy enfadado, no me gusta hablar enfadado.
A lo que iba, que me desvío, que siempre me ha sorprendido esa reacción de aparecer como si nada tiempo después de un «crimen». Me suelo quedar atónito mirando a esa persona en plan «pero ¿qué cojones?«. Uno de mis ejemplos sobre este asunto, espero me disculpe por mencionarlo, fue una pelea que tuve hace unos años con mi padre, tampoco tiene sentido desgranar los motivos, pero yo tendría razón en cualquier juzgado, y aquello hizo que dejáramos de hablarnos durante más de 7 meses. Yo estaba muy digno y obstinado y no pensaba ceder, y había intentado hablar con él un par de veces sin que me cogiera el teléfono, yo lo intento dos veces… no tres. Él, tras todo ese periodo, me envió un buen día un whatsapp compartiendo un chiste o algún vídeo de estos tontos. Hubo quien me dijo «es su forma de acercarse a ti y decirte que te echa de menos«, y seguro que tenía razón, pero una parte de mi pensaba que quizás era más fácil y correcto pedir perdón o hablar del problema una vez pasadas unas semanas para que al menos ambos entendiéramos el punto de vista de la otra persona y pudiéramos «purgarnos» por lo sucedido, y no dejar algo ahí acumulado en un bote de resentimientos e incomprensiones, un proceso de acumulación de cosas muy típico de los gallegos, por cierto.
Hace poco me ha pasado algo parecido. Un día inesperado, en una comida de amigos, uno de ellos empezó a desahogar sus frustraciones sobre que yo haya estado «desaparecido» durante casi un año por culpa de una relación. Yo podía entender parte del fondo, obviamente, pero las formas se descontrolaron y se convirtieron en insultos, faltas de respeto, burlas… fue muy duro, y yo opté por callarme en lugar de responder violencia con violencia, hay gente que provoca buscando que salga mi golem interior, pero no tienen ni puta idea de que juegan con fuego, cuando agotada mi paciencia infinita consiguen invocar a la criatura ancestral que mora en mi puedo ver el arrepentimiento en sus ojos mientras los desmiembro. No buscaba que mi silencio fuera un insulto, pero sí mi respuesta a tanto improperio, y mi contención. No tenía la intención de responder a esas continuas provocaciones y faltas de respeto para mi, mi amigo y mi expareja, e intentaba no alimentar la furia de una persona totalmente fuera de sí, gritando a lo loco en un restaurante bastante «chic» mientras ese otro amigo intentaba calmarlo y hacerle recapacitar. Hubo más detalles, la historia completa da para mucho mas… os la resumo: Lamentable. Fueron dos horas de agonía, estupideces y gritos antes de que pudiéramos dejarlo atrás con su arrebato de agresividad y locura y seguir con el día, atónitos ante lo sucedido.
Esa noche recibí alguna tenue disculpa, mientras afirmaba no recordar casi nada de lo sucedido, ausente esa cordura mental de la que presumía diciendo que era más cuerdo que mi amigo y yo juntos.
Cuatro días después, recibí otro mensaje de esa persona diciéndome si había visto una película en el cine, como si tuviera la pretensión de ir al cine conmigo a corto plazo; simplemente le sonreí y le dije que ya la había visto. No sé si no era consciente del malestar causado o si, sencillamente, quería pasar página y punto.
La vida me ha enseñado este último año lo vital que es el respeto. A veces, en la vida laboral toca aguantar cosas no del todo agradables, pero en mi vida personal… del mismo modo que no insulto a nadie, no espero ser insultado, y no tengo la menor intención de tolerar algunas actitudes. Es mi libertad, y hago uso de ella, puede sonar borde o prepotente, pero para mi… es elemental y básico, respétame si quieres tenerme cerca.
Estos días he pensado mucho si publicar esto o no, pero cometería el mismo error que critico. Las cosas deben hablarse, lo que se tiene que decir debe decirse… mucho tiempo pasó este blog entre tinieblas, censurado por una u otra, y la libertad que me da para decir tanto estupideces como cosas donde asoma cierta inteligencia, es parte fundamental de que siga existiendo incluso pasada la «moda» de los blogs y en plena época de redes insociales.
Hay que levantar las alfombras… y sí tenéis algo que decirme, hacerlo sin miedo, si no estoy a la altura del hombre que creéis que debería escucharos, pondré de manifiesto mis carencias. Y en vuestra vida personal, sed directos y dejad de escurrir el bulto, al final… todo acaba saliendo de debajo de la alfombra, y suele hacerlo del modo más inoportuno y sucio posible.
Guau!! Q directo. Tienes razón en q hay q hablar las cosas, pero también hay q dejar enfriar la situación para q la gente se relaje y vea con objetividad, sino no será hablarlo, será discutir, aunq no se levante la voz. Besitos
Muy sabia, sí señor.
Gracias por seguir por aquí.
Un abrazo