El olor de su piel

Adoro el olor de su piel cuando la recorro lentamente con mi boca.
Mientras dejo marcas húmedas en ella, observo los lunares y ese vello casi microscópico que me resulta tan tierno y sensual, especialmente, en los contraluces.
Busco nuevos senderos y dibujos, y me maravillo, como si fuera un cuadro, con la belleza de su epidermis desde tan cerca. Después busco juguetón dónde está la tecla adecuada, cual es el ritmo, la velocidad, la combinación de cosquillas y besos, el momento de fundir mis labios con su espalda, seguido de una caricia, todo destinado a lograr que los escalofríos diluyan su conciencia mientras la beso, para llevarla en mis labios a ese maravilloso rincón que existe entre la vigilia y el sueño.
Con mi boca, dibujo en su espalda parajes mágicos, cielos de esperanza, mares de tranquilidad, puertas al olvido.
Soy el aprendiz que sin darse cuenta se ha ido haciendo maestro, descubriendo nuevos secretos en cada centímetro de su cuerpo.
Luchando por poder curar esas heridas que he visto impresas en el fondo de sus retinas, en algunos poros, cicatrices que no dejaron huella en la cáscara, y sí en el interior de un corazón, que se quedó triste y marchito.
¿Se puede curar un alma maltratada con caricias y besos?
Cada beso lento, cada trazo con mis uñas, cada escalofrío… saben que sí, y con el tiempo como bálsamo, y la constancia como bandera,
conseguiré sacarle brillo a su sonrisa.

Sensacional imagen de Medialuna Photography, gracias Bel. / Awesome picture by Medialuna Photography, thanks.