Ni tanta autoestima, ni tan poca
Uno de los mayores desequilibrios que solemos tener, es en lo referente a la autoestima. Es curioso como eso puede derivar en tantas otras cosas, y algo tan simple estoy seguro que ha ocasionado millones de muertos (del que, para sentirse mejor, conquistó países y comenzó guerras). Lo tristemente normal, son las carencias de autoestima, personas que torpedeadas por otras, se acaban creyendo que son una mierda, a fuerza de ser tratados así. No conozco generalidades magistrales al respecto… creo que una inmensa mayoría, nos hemos sentido en un momento u otro patitos feos, hasta que alguien, a fuerza de miradas y cariño, ha ido solucionando eso. En el mundo de los guapos y los menos guapos deberíamos recordar que la belleza está en quien la contempla, no en quien la posee, y a ojos de alguien podemos ser los más hermosos del mundo, y a otra persona, no sugerirle nada (Una de las primeras lecciones vitales debería ser que es imposible que lo que hagas o digas guste a todos, pero debe gustarte a ti). Pero no quiero hablar del cuerpo, que la autoestima tiene menos que ver con eso de lo que parece…
Pero vamo a vé (pongo acento andalú) si tó esto viene a cuento de acordarme de una conocida que tiene una autoestima desbordante, y creo que esconde quizás, todo lo contrario, pero cuando te habla de lo buena que es en el trabajo, te asegura que solusionaría toa la crisis de Ehpaña, y que es la mejoh de lah mejores en lo suyo. Cuando te habla de amigos, dice que su aiFone ha llegado al límite de la capacidad de su agenda, pero «y sin embargo», la recuerdo desesperada buscando quien la acompañara al teatro o algún espectáculo extraño, sin que nadie quisiéramos acompañarla (es que habla mucho, y no dice ná). «Dime de qué presumes y te diré de qué careces«… qué sabio el refranero español, y aún así mi cabezonería me seguirá haciendo presumir de algunas cosas.
Image from Stockvault. Called «Sad little boy waiting outside», from Merelize (thanks)
Me fascina como todos, pequeñas hormiguitas, buscamos nuestro sitio en el mundo. Unas veces con logros académicos, tatuajes, mucho dinero, piercings, maquillajes estrafalarios, música diferente, vestimenta fuera de época, gafas de pasta, coches de marca, peinados de colores imposibles o zapatos made in Geppeto… todos queremos ser geniales, distintos… únicos, y a veces este mundo nos hace olvidar que lo somos, que esas pequeñas cosas que nos diferencian son suficientes para que un abismo nos separe, como ese microscópico detalle que separa el genoma de un chimpancé, del de un humano (uno normal, no hablo de los creyentes y defensores del PP… eso es otra historia jajajaja)
Tengo una amiga que cuando quedé con ella por última vez… la vi tocada, cosas del desamor. Un chico no quería quererla, y ella quería que él la quisiera, una historia de libro, vaya, injustamente desequilibrada del lado que menos lo merece. Esta chica siempre se ha elogiado mucho a si misma… que si «qué buena estoy«, «mira qué culo me hacen estos vaqueros«… quienes la conocemos sabemos que es medio en broma, pero aún así… puede llegar a cansar ese divinismo, aún fingido. Esta última vez que la vi, había caído a plomo desde ahí arriba, y estaba muy tocada, con la autoestima por los suelos y creyendo de verdad que aunque se lo propusiera, no podría conseguir a ningún otro chico que ella quisiera tener (eso es algo que a veces olvidáis las mujeres… y es que vosotras elegís, si sabéis hacerlo bien, y pescar con calma a vuestro merluzo). Me dio penita verla así, y pensé en que solo podría ser más maravillosa y estupenda que la amiga que conozco, si no se fuera ni a un extremo ni al otro… si aprendiera con humor de las derrotas, y no se regodeara de sus victorias, ni Diosa ni Troll, tan solo humana y mujer ¿Qué puede haber más bonito? Nada, las mujeres sois el frescor del rocío, las estrellas de la noche… el silencio del alba (jajaja ahora solo me falta ponerme a Ismael Serrano y cantar con él).
A lo que iba… ni tanto ego ni tan poco, ni dioses inmortales, ni muertos antes de tiempo, tan solo nosotros, humanos, humildes, aprendiendo un poco cada día… para ser una persona que-te-ca-gas jajajaja (al final voy, y lo casco)
Espero se entienda el trasfondo, prometo dejar las setas alucinógenas.
La autoestima es y será mi rival más poderoso. La señora humildad impide q aquella se levanté por miedo a que se precipite al vacío por un agujero llamado Ego.
Pero como bien dices, si se consigue el punto medio, nos hace muy fuertes e imposibles de derrotar.
Interesante post. Un besazo
El otro día pasé por tu pueblo y me acordé de ti… ¿Qué tal todo? Espero que muy muy bien
Un abrazo
«…ni Diosa, ni Troll…» me encanta!! Y es que generalmente tapamos nuestra falta de autoestima con un falso ego inflado con mucho aire contaminado (que si fuera aire fresco otro gallo nos cantaría).
Un abrazo fuerte sin disfraces!!
Eyyyy! Te debo una enérgica felicitación!!!!
Espero que estéis muy bien todos, contentos y brillantes
Un abrazo enorme
«Todos queremos ser geniales, distintos… únicos, y a veces este mundo nos hace olvidar que lo somos». <3
Auténtico y brillante. Como tú :)
TQM.
«…Our deepest fear is not that we are inadequate.
Our deepest fear is that we are powerful beyond measure.
It is our light, not our darkness that most frightens us.
We ask ourselves, Who am I to be brilliant, gorgeous, talented, fabulous?
Actually, who are you not to be? » ( Marianne Williamson)
A veces el miedo a brillar con luz propia y deslumbrar a otros es muy limitante pero si lo viéramos como un faro que a la vez puede hacer a otros encontrar su propia luz, desde la humildad de ser nosotros mismos…la dignidad de cada uno estaría en su lugar y entonces… ¿seríamos más felices? ¡Quién sabe! ¿?
Fantástico como siempre, un beso y abrazo lento
Siempre he pensado que una autoestima saludable es la combinación de la creencia en la propia fortaleza y la asunción de los defectos y errores, porque si no es prepotencia o infravaloración… así que con lo bueno y con lo malo, nene tú vales mucho
Abrazos con virtudes yd efectos