La melodía de tu piel

Todas las canciones tienen algo de ti,
y entre acordes te imagino a mi lado,
tendida conmigo, sonriente,
con tus ojos color miel clavados en mi alma,
y mientras un violín suena en mi mente,
mi mano se desliza por tu espalda…
y unos tenues platillos,
acompasan tus escalofríos.
Te giras y me miras,
implorando mis labios,
pero sigo perdido en tus hombros,
cuando comienzan unas notas de guitarra clásica
que cierran inevitablemente tus párpados…
y me deslizo por tus brazos,
erizando las briznas que dejo a mi paso.
 
Entra lentamente un bajo cuando mis manos,
dibujan el contorno de tus pechos con arcos,
soy cómplice de tu placer, y tu de la música,
y aunque arde en mi el deseo de tu boca,
interpretado por notas de un piano,
no quiero perder la melodía…
y sigo recorriendo tu cuerpo,
sintiendo tu piel,
haciéndome uno con tus poros,
y según desciendo por tu cintura,
un tamborileo de jazz se aproxima al fondo,
rompiendo en una salvaje percusión
cuando mi mano sube por uno de tus muslos.
Disfruto de cientos de matices musicales,
y con tu piel erizada, tu mirada velada,
admiro una belleza que solo es eclipsada
por el dulce secreto de tu alma.
Siempre tuyo,
decido besarte con pasión,
entregándome sin miedo en mis labios,
dejando cada instrumento en silencio…
disfrutando esa deliciosa y maravillosa pausa
que en una canción te deja suspendido en el cielo,
para luego arrancar con fuerza
justo cuando abres tus ojos
y me sonríes.

Image from Stockvault. Called «Guitar», from 2Happy (thanks)