Corazones pintados con tiza
Ayer, durante todo lo sucedido tras la broma de los Santos Inocentes, me tocó en la «patata» el comentario de un visitante que desde Uruguay, esgrimía sus mejores deseos para mi y mi niña. Al leerlo, se me formaba ese molesto y angustioso nudo en la garganta, cuando ves algo en lo que hasta ese momento no habías reparado y te ves desbordado por las emociones. Jamás pensé que este rincón podría llegar a ser algo mas allá que una libreta en la que desahogarme, libremente, y sin miedos. Nunca imaginé que mis palabras podían ser importantes para alguien, y aunque sé que puedo ejercer de vela por horas en momentos puntuales en la vida de cualquier persona, supongo que infravaloramos a veces de lo que somos capaces. No hace mucho compartí con una conocida una etapa complicada, con una de esas terribles peleas entre su cabeza y un corazón partido en dos. Ella me agradeció que estuviera ahí, que sin mi consejo y palabras no habría podido superarlo, pero aún escuchándolo, no llegué a creérmelo.
Porque supongo que lo importante de estas cosas es intentar no escucharlas con una atención lo suficientemente clara como para que los elogios se conviertan en vanidad, pues la vanidad te arrebatará aquello que te hace valioso para quienes te rodean. Y luego la vida te pone en tu sitio, una bofetada contundente y te tumba en el barro y boca abajo. Lo he vivido hace tiempo, lo he visto en seres queridos, y alguna vez tan solo he podido mostrar mi apoyo, y otras, aún haciéndolo y sufriendo junto a esa persona, sabía de lo necesario que era para ese ser querido ese tortazo, pues la humildad que había visto en sus ojos al conocerla, había ido desapareciendo convirtiéndose en ese dañino veneno que te hace pensar que lo sabes todo de un mundo en el que somos eternos aprendices, lo sé porque he bebido, lo sé porqué he vivido.
Es bueno cultivar la humildad, es bueno cerrar heridas empleando el tiempo como bálsamo y no hacerlo sacrificando nuestra inocencia, hace que el mundo gire como una noria sin marearte y que seas capaz de ver dentro de los sombreros… elefantes.
Vaya revuelo que se ha formado por aquí en los últimos días. Estoy con exámenes y no me he podido pasar ¡qué lástima! No te hubiera felicitado por Lucía, pero si por la elección de ese nombre en caso de que llegue el día mencionado, es precioso.
Un abrazo, caballero.
Gusta gusta!! :-)
«Es bueno cultivar la humildad, es bueno cerrar heridas empleando el tiempo como bálsamo y no hacerlo sacrificando nuestra inocencia, hace que el mundo gire como una noria sin marearte y que seas capaz de ver dentro de los sombreros… elefantes.»
Regalito para ti:
http://www.goear.com/listen/2499226/corazones-ana-torrojamiguel-bose