Si me pinchas… sangro
Hace ya un tiempo, unos meses después de iniciar la soltería en la que sigo, conocí a una chica de Sevilla muy agradable. Había salido de un divorcio muy joven y a sus treinta, tenía mucho aún por amueblar con Ikea en su cabeza y unos miedos muy pronunciados, pero su inteligencia era notable, y compartíamos alguna que otra buena conversación de vez en cuando. Recuerdo que un día me reprochó que no me enfadara nunca con ella si decía que iría a Madrid y no lo hacía, si se ponía borde conmigo, si se ponía «tonta». Me reprochaba que no «sangrara», que entendiera todo… me dijo que parecía un Semidios. Me reí mucho, entendí lo que me pretendía decir (lo cual empeoró la situación), pero en fin… algo así no te deja indiferente.
En este último año y pico he aprendido muchas cosas, algunas realmente importantes, otras las tengo pendientes «para Septiembre«. De ellas, de las que dejan huella y cambian el carácter, fue darme cuenta de que la actitud con que vives define tu mundo. Hace tiempo Jerry me enseñó lo importante que podía ser esa palabra: «Actitud«, y el tiempo me ha permitido comprenderla de verdad. Nosotros podemos elegir sufrir o verle el lado bueno a la vida, y creerme cuando os digo que casi todo tiene un lado bueno.
Cuando has vivido momentos difíciles, cuando has conocido la desesperación, el sufrimiento, la agonía, la locura… cuando tu mundo se ha derrumbado y tus templos han cedido derrumbándose sobre ti, es inevitable que aprendas a apreciar vivir al aire libre, ver todo de otra forma, y eso me pasó a mi. Se cerró un círculo, y desde entonces, no sufro innecesariamente. Si me gusta una chica, por ejemplo, y no es recíproco, pienso en «lo que se pierde» y no me desespero, si se me rompe un ordenador y no puedo «disfrutar» de Internet… abro un libro, si quiero cocinar algo y me faltan ingredientes… hago otro plato, y dejo ese para otro día.
Hace poco volví a vivir esa sensación que transmito y que muy a mi pesar puede resultar arrogante, pedante, condescendiente o como le queráis llamar. Cuando sabes algunas cosas, cuando otras las sientes, a veces ves venir el mundo… incluso desde lejos, y una cosa que tengo que aprender es no reflejar las intuiciones de que algo va a pasar, y por supuesto, no debo perderle la cara a ciertos egos que me han ganado de nuevo la espalda.
Si a veces hablo como un hermano mayor, es para evitar el sufrimiento de seres queridos, para que todo lo que he vivido no sólo me sirva para algo a mi, sino que evite a alguien más una piedra en el camino. Lo hago con mimo, un cariño que puede parecer condescendiente, porque sé que la experiencia no se puede transmitir, por muy cierta que sea para mi, pero intento seguir buscando formas de llegar a la gente, de conectar… disculpadme si no encuentro el modo adecuado, y comprended que debo seguir intentándolo.
He sufrido mucho, pero elijo no sufrir ahora, y mantengo la calma, respiro.
No me defino por no caerme, sino por levantarme lo antes que puedo. He llorado por amor, del fraternal y del sentimental, por sufrimiento ajeno, por injusticias, por películas, canciones… la vida se merece ser vivida a pleno corazón.
Tengo miedos, sobre todo de perder a la gente que quiero, y de no estar ahí cuando me necesiten, de no poder salvarlos. Mis amigos saben entender que aunque no hablemos a diario el vínculo sigue vivo, y los que no suelen entender eso, quizás no son tan amigos… y de nuevo la actitud, sufrir innecesariamente o aceptarlo y seguir a otra cosa… sin pisar nunca a nadie, sin faltarle al respeto de la gente, no hagas lo que no te gustaría que te hicieran, y sin ojos por ojos que a todos dejarían ciegos.
En este mundo hay demasiado sufrimiento para padecer innecesariamente, para vivir en el miedo o el odio, para habitar cunetas oscuras… y seguiré luchando por vivir con ilusión, por creer, por brillar, por encontrar, por soñar, por perseguir, por alcanzar, por ser feliz… pero ten una cosa muy clara, hasta que las pruebas forenses determinen lo contrario, soy humano… sufro, me caigo, me asusto… y por supuesto, si me pinchas… sangro.
No quiero pincharte, no quiero que sangres
jajajaja
personahilla!
personahilla??..a muy bien…estupendo…
Hablas con el corazón «abierto», y esto puede llevar a pensar que cualquiera puede herirte, pero esa sinceridad es el mejor de los escudos.
Me quito el sombrero.
Besos
«La vida se merece ser vivida a pleno corazón»… te robo la frase, porque lo resume todo… nos caemos, sufrimos, lloramos, pero también nos levantamos, disfrutamos, reímos… y todo esto porque nuestra vida pasa a través del corazón.
Gracias! :)
Supongo que hay personas que hacen que las cosas pasen…otras que miran las cosas pasar…y unas terceras que se preguntan qué pasó. Así que yo me decanto por el arrollo de la primera, el garbo de la vida, ya que como alguien dijo en cierta ocasión, somos la dirección que toman nuestros pensamientos.
Caminante no hay camino…se hace camino al andar.
Así que seguiremos dejando nuestras huellas musicales,
mi vagalume ; )
Si lloras porque se ha escondido el sol, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas….
Yo no sé que tipo de melodía emite tu voz, que desde la última vez que hablamos empecé a sentirme un poco mejor. Gracias por tu granito de arena :D
Yo sólo lloro cuando se esconde la Luna, la reina de mi cielo, y de noche no hay lágrimas que eviten ver mis estrellas…
Me hizo ilusión felicitarte tu cumpleaños, a ver si hablamos más a menudo y compartimos empujones y progresos, alegrías y obstáculos saltados… Un abrazo enorme niña