Tu oscura maldición
Hola cielo,
Estos días he recordado el inexplicable poder de esa extraña maldición que me cruzó en tu camino, la responsable de que desde que te conocí, mis ojos sean capaces de ver emocionados como la vida crece al contacto de las yemas de tus dedos.
Con tiempo he cerrado las heridas, olvidando poco a poco el olor de tu piel, el sonido de tu sonrisa, el dibujo de tus huellas en la arena de mi alma… he intentado diluirte para poco a poco, olvidarte, pero basta verte asomar la nariz en la panadería de la esquina para recordar que no puedo darle la espalda a las diez mil razones que me hicieron enamorarme de ti.
Y me enfada, me enfada muchísimo, quizás porque no lo mereces, o porque yo merezco mucho más, me enfadan tantas cosas de ti que creo que podría odiarte, mucho, odiarte con la misma fuerza que el deseo de recorrer tu piel con mis labios, odiarte con la fuerza con la que mi mente trata de olvidarte, odiarte tanto… que casi podría dejar de amarte.
Odio esa puñetera visión distorsionada del amor que te hace pensar que el objeto de tus sentimientos caga margaritas y que no le canta el sobaco aunque lleve varios días sin ducharse. Odio esa manera de engañarte haciéndote creer que nadie te patea los huevos como tu querido y no correspondido amor. Odio lo feliz que recogía tu basura sintiéndome afortunado de tenerte a mi lado, y odio que el brillo de tu sonrisa tenga tanto que ver con la escarcha que cubre mi alma cada mañana.
Quizás no pueda desearte ningún mal,
quizás jamás pueda dejar de quererte más de lo que mereces
pero tengo el suficiente orgullo acumulado
como para guardar esta carta y dejarla en el tintero.
No volveré a decirte cuanto te quiero,
ese será mi modo de devolverte
tu oscura maldición,
mi amor, mi deseo.
Condenadamente tuyo:
Eustakio Razón
Tal vez si muchos comprendieran que el amor te da «ésa puñetera visión distorsionada» se ayudarían mucho a poder pasar página. Dicen que el Tiempo lo cura todo pero, a veces el Tiempo cierra la consulta por vacaciones y hay que esperar más,tratando de mirar al frente…
Un abrazo muy fuerte
El pasado como trampolín y no como sofá, como decía Wilde
Un abrazo enorme supermami