Nuestras mentiras

Hace un año y medio viví una escena de lo más curiosa. Alguien pretendía culparme a mi de algo fortuito, el que más se castiga por sus errores suele externalizarlos y colocárselos a otros para evitar enfrentarse a ellos, así que tras señalarme entre improperios por algo casual, respondí con: «Se pilla antes a un mentiroso que a un cojo«. La otra persona me miraba atónita, no lo culpo, al no entender el contexto y cómo encajaba aquella frase, pero supongo que en aquel entonces ya se fraguaba en mi una pequeña verdad: El que presume de honestidad suele ser el que más carece de ella. Otro amigo que tengo es el más honesto que conozco y jamás ha presumido de ello, pues la humildad es su segunda gran cualidad. Pero hablando del otro acusica, y mirando hacia atrás, en aquella época me estaba dando cuenta de que una gran mayoría de las afirmaciones que había hecho esa persona eran mentira, incluso aunque él no lo supiera. Si alguien dice «esa persona era feliz conmigo» y después de unas semanas o incluso un único fin de semana juntos no quiere saber de ti, o bien ha sido abducida por marcianos o bien mientes cuando afirmas eso ¿no? Es lógica pura. Lo mismo sucede con un trabajo, y si afirmas «hice una temporada sensacional», debe verse refrendado con que a la siguiente temporada quieran contar contigo de nuevo ¿no? Si no es así… quizás tampoco sea osado decir que mientes, aunque puede que ni tu lo sepas y que acabes por creerte tus propias mentiras. Hay personas que mienten cuando dicen que «se puede dialogar con ellas», que te quieren, que nunca mienten y que son sinceras… y otras que dicen todo lo contrario y te sorprenden. Aunque también es cierto, que todos evolucionamos y cambiamos hacia versiones diferentes de nosotros mismos, y precisamente por eso, deberíamos escucharnos y comprendernos al menos, para compartir y disfrutar de nuestros progresos, antes de llamarnos mentirosos los unos a los otros.

«… empezar por uno mismo.»
Y sí, de entre todos los mentirosos, sería justo empezar por mi mismo. A lo largo de mi vida he mentido mucho, creo que no como algo patológico, pero supongo que podría estar quitándole hierro a mis actos y justificar como mentiras piadosas algunas que quizá no lo eran. Me he inventado que tenía algo que hacer, cuando no me apetecía escuchar a una persona de esas que es capaz de pasarse horas lamentándose de la vida y el mundo ¿Acaso habría sido mejor llamarle llorón o llorona y provocar la ruptura de la amistad? Pues sí…o pues no. He mentido cuando me han preguntado si tenía pareja, incluso teniéndola, aunque eso podría deberse a no tener algo consolidado o sano, como me pasó hace unos años, si bien eso quizás no me justifique en ningún ámbito. He preferido decir «lo nuestro no funciona» antes que decir cosas como «dependes demasiado de tus padres a los 30», «estás completamente loca», «me pareces hueca» o «solo soy un juguete para ti» ¿Acaso eso me hace un demonio? A mi también me han dejado o dado largas con excusas que buscaban no hacerme daño. Y prefiero que alguien me recuerde así… que compartir certezas que pueden pasar desapercibidas o bien generar un trauma enorme con «verdades» que pueden dañar mucho a esa persona, como aquella vez que le dije a alguien que no me gustaba su forma de andar… y quería operarse la cadera por ello, sin saber dónde empieza la verdad y dónde la locura. Pero sí, he mentido y me he disculpado por ello, y del mismo modo me han mentido mucho y seguramente que casi siempre ni me habré enterado. Forma parte de la vida… y eso no quiere decir que nadie lo haya merecido ni que haya sido justo, así que me disculpo nuevamente por ello. Lamento todas las mentiras que dije, especialmente aquellas egoístas y no destinadas a evitar un mal mayor o poder ser vendidas como piadosas. Aunque recuerda que cuando señalas a alguien, tres dedos apuntan hacia ti. Y prefiero que alguien (o varias) me odiara por que me quiso sin ser proporcionalmente correspondida, que que un amigo me haya sacado de su vida por tóxico (o muchos) como le sucedía a un conocido mío.

Quizás el más cuerdo, podría ser el primer loco de todos.
Hace poco me reencontraba en el mapa de los sentimientos con una persona especial, de esas que parecen tener barita mágica y que saben jugar con las palabras al nivel de los dioses griegos. Es bonito hablar de personas hogar, de seres de luz y de la verdad en uno mismo, es estupendo mostrar esa cara perfecta al mundo para que una inmensa mayoría de gente se la crea. El faro guía a los barcos a puerto, pero en si mismo es incandescencia, soledad y frío. Y la mejor arma contra los hechiceros de las palabras, entre los cuales he sido incluido más de una vez (con razón), son los hechos. Los que te llaman hogar… y pueden pasar años sin verte o saber de ti, quizás mienten. Los que se declararon amigos para toda la vida, y dejaron de esforzarse por preservar el diálogo… sin duda mentían. No hay fecha más importante que el hoy, ni amistad profunda y honesta que no merezca celebrarse en presente, y aunque con algunos amigos podemos pasar meses o años sin hablar… y seguir igual de conectados cuando nos reencontramos, no los defino como el Norte de mi brújula, y sí como un reencuentro maravilloso a muchos otros niveles, hay afectos que no se olvidan y otros que necesitan ser regados con más frecuencia o se marchitan. Así que no, no me equivoqué al huir de alguna amistad que presumiendo de ser celestial, era tóxica, pues a menudo aquella persona que dice ser vela… solo da luz difusa al mundo, mientras quema a quienes se acercan demasiado.

Así que prefiero ser mentiroso, sabiendo cuando miento, que no saber cuándo miento por no tener inteligencia emocional o claridad para discernirlo, o llevar media vida mintiéndole a mi familia sobre quien soy y cómo me siento.
Prefiero recordar a una ex-pareja con cariño, aunque no tenga trato con ella, que guardarle rencor por cosas que seguramente no fueron como ambos recordamos, no necesito transformar un amor en rencor para sobrevivir a él, aunque entiendo a quien lo necesita pues en alguna etapa lo he vivido en mi piel y yo también lo he necesitado para sobreponerme a un amor no correspondido. Y una vez curado tu corazón, quien te quiso de verdad volverá a tu vida, quien no lo hace es precisamente por eso… porque nunca te quiso y solo te usaba.
«El que esté libre de culpa que tire la primera piedra«, así que intentemos entender por encima de castigar o mirar para otro lado, y sé que soy el primero con una gran carencia de empatía, aunque en mi caso diría que es más bien ceguera, aunque inexcusable por igual.
Qué divertidos y constructivos serían esos diálogos con quienes hemos tenido conflictos, para cerrar etapas y puntos de vista.
En fin, tenía este borrador desde hace tiempo… y dado que el 2020 ha sido un año… raro, mejor sacar la basura para que el año que viene vaya más ligero.

Felices fiestas!
Eso no es mentira…
de verdad y de corazón os las deseo
a todos.

También te podría gustar...

PHP Code Snippets Powered By : XYZScripts.com