Almas tangentes

Los amores para los que fuimos trampolín
La afición que se acaba convirtiendo en tu motor
La fotografía que solo nosotros vemos
Los besos que se quedaron sin sello
Las películas que cambiaron nuestro rumbo
Las canciones que nos olvidaron,
    las que nos acompasaron
Almohadas que nunca nos acostaron
Bofetadas que nos dieron, las que nos damos
Regalices sin sabor que reciclamos
Las caricias que nos rompieron
Las carreras que ni corrimos ni ganamos
Las estufas que muertos de frío apagamos
Retinas grises, sonrisas a medias
Búsquedas sin fruto, aquello que heredas
Conversaciones sin punto de encuentro
Angustias, vecinos, nubes, tormentos
Labios de seda, dientes de víbora
El contrato que tu alma asegura
Pechos con-céntricos, clítoris secos
Cubatas de deseo, agua con hielo
Guerra de lenguas en tu boca
Gotas blancas en tu pecho
Recipientes para nidos huecos
Aviones sin rumbo, trenes de noche
Amistad sin final ni reproches
Tan imprescindible tan cero a la izquierda
tan limpio como una tormenta perfecta
La vida dando vueltas en una línea recta
Universos paralelos, equidistantes, vacíos
Sentencias insensatas, algodones empapados
Hombres que dan miedo siendo asustados
Princesas que serían putas de poder ser
Niños que quieren crecer,
    adultos que quieren volver
Almas tangentes que se cruzaron
que siguieron sus rumbos errantes
y sin nostalgia, en una dimensión inexistente
se desdibujaron para siempre, siendo importantes.
 
 
Escrito hace una semana en el autobús, de vuelta a casa…