«Regándote con besos»

«Me fijé en ti con unas palabras, me cautivaste con tres miradas, atravesaste mis barreras con dos sonrisas y me hiciste tuyo con un beso.» Esa frase podría resumir cómo empezó todo, como un juego, con rizos de palabras y partidas de damas en gravedad cero. Entre conversaciones y risas se escurría entre nuestros dedos la arena de un reloj de arena que habíamos roto juntos. Incluso cuando discutíamos, era un fascinante espectáculo de dialéctica, ironía e intenciones cruzadas. Lo negabas una y otra vez, pero sabías que juntos, éramos mucho más que dos.

La primera vez que nos vimos fundiste todas las luces de la ciudad con el tintineo sensual e inocente de tus ojos, mientras yo sentía como tus pestañas arañaban mi corazón con escalofríos y sin dejar cicatriz. Tus labios definían perfectamente mi concepto mental de la «sed» que se debe sentir tras un crucero de una semana a pie por el desierto, necesitaba beberlos, y sabía que por mucho que lo hiciera persistiría mi necesidad de ellos. Cuando me perdía en los matices de tu piel comprendía que los ojos con los que te miraba no eran sino de hombre enamorado, pues la objetividad que podría intentar justificar en la belleza de tu rostro, se perdía por completo en un cuerpo que no era incapaz de ver de otro modo que no fuera… sencillamente perfecto.

La primera vez que te besé lo hice temblando, nervioso, niño, novato. Y sin embargo, aquella pasión se tradujo en 15 minutos, en los cuales, mis labios no se separaron de tu cuerpo… momento improvisado, sincero, genial. Comenzamos con aquel primer beso, envolviendo esas perfectas criaturas que ponen color a tu boca con mis labios, una y otra vez… y cuando extenuada te desplomaste yo te agarré con fuerza en mis brazos, y mis labios se deslizaron por tu mejilla, camino de un oído en el que susurrarte nuestros secretos, estación de paso a un cuello que desde que reconociste débil deseaba besar con locura, y cuando lo tuve delante, perdí el control… comiéndolo como si fuera un vampiro sin colmillos, como si de tu yugular brotara mi necesaria vida, como si no hubiera un mañana. Se lo di todo a aquel pozo de deseo que tantas fantasías había compartido conmigo en mi cama, y luego, sin separar mis labios de tu piel, te recosté en la cama y seguí besándote, comiéndome tus hombros y deslizando mi lengua dulcemente por tu piel cuando quería moverme por tu cuerpo, no solo te estaba besando, estaba trazando un mapa, quería conocer cuanto antes los atajos y lugares de aquel paraíso que tenía delante, y que tantas veces había soñado.

Tardé mucho más en separar mis labios de tu piel tras aquel primer beso… mis labios hicieron amistad con tus hombros, me quedé con hambre de tu espalda, pero besé toda la piel que me dejó tu sensual camisa y el terco de tu sujetador. No sé si fueron 15 minutos, media hora o toda la tarde, pues en algún momento sin darnos cuenta, de nuevo rompimos el reloj de arena del presente.
Entonces por primera vez en aquel espacio de tiempo indefinido, separé mis labios de tu piel, a la suficiente distancia para para poder mirarte a los ojos y regalarte mi mejor sonrisa. Te costó abrir los ojos invadida todavía por escalofríos y placer, me miraste fijamente y diste réplica a mi sonrisa y las palabras que brotaban del pasillo que hay al fondo de mis retinas.
– Si te quitas la ropa sigo – te dije
y tú solo respondiste con un gemido y una risa juguetona.

Y así, empezó nuestro baile… y algo más…

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4 Respuestas

  1. keseke dice:

    llevas una racha ¿preocupante? De relatos «eróticos» jejeje
    Lo interesante es llevarlos a cabo!
    Pero escribir siempre es un buen ejercicio, sigue en ello, que nos entretienes y nos inspiras

    (que nadie vea aquí una insinuación, eh?, nada más lejos de mi intención)

    Un beso (muy casto)

    Tenía pendiente un comentario desde el post de los buscadores de seres de luz, pero me salió aquí…

    • KATREyuk dice:

      jajajaja
      si hija si, inspiración tengo mucha… aunque como bien dices, lo interesante será/sería llevarlos a cabo… tiempo al tiempo.
      jajajaja gracias por ese beso (casto)
      Me alegra verte… sentirte… así de «bien» (espero)
      Un abrazo enorme

  2. Aure dice:

    He llegado a tu blog por casualidad (buscando la letra de la canción del gran maestro) y leyéndote me he dado cuenta del gran hallazgo que he hecho. Me encanta lo que escribes y cómo lo haces.
    Un saludo.

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