Sincerándome

Veréis, después de casi dos años y medio escribiendo este blog, tengo algunas cosas medianamente claras:
– En un blog, cuando es público, es complicado ser sincero
– Si te atraves a sincerarte, a menudo, lo haces entre líneas
– Hay blogs, como este, en los que cada post lleva algo del autor
…e interrumpo aquí para aclarar este último punto… no sé si lo sabréis o no, pero una inmensa mayoría de las cosas que escribo reflejan entre líneas lo que realmente siento, las letras de las canciones no son casuales, o lo raro es que lo sean, y aunque hablo de frikadas y de vez en cuando de la sociedad y el mundo, a menudo hay cosas que salen desde dentro… llevan bastante de la persona en la que las circunstancias, los años, y la semilla de la que he brotado me han convertido. No es fácil usar esto a modo de diario cuando no sabes quien lo lee, y a veces te es imposible no repasar esos posibles visitantes… y supongo que durante mucho tiempo, me importaba el qué pensarán, a día de hoy no suelo contemplarlo, pero cohibo algunas cosas, reprimo muchas otras, y unas cuantas me las quedo para mi, y hay días en los que me pregunto si escribiéndolas en otro idioma, en un rincón sin visitantes en una comunidad de blogs corriente, tendrían sentido y serían importantes para mi.
Ahora que lo pienso, la mayoría de los mensajes han quedado sin descifrar, incomprendidos… pero nunca en el olvido.

«Carousel of Life», de *angelreich.

Y aquí he recopilado mil cosas… como pequeñas decepciones que acumula una persona que por mucho que lo intenta no consigue vivir sin esperar nada de la vida y sus gentes, grandes alegrías camufladas entre líneas que no conseguían reflejar el brillo que en aquel momento lucía en mi corazón, las ganas de abandonar este espacio que a menudo se vieron borradas por un nuevo diseño o unas semanas plagadas de escritos apersonales, momentos en los que me he sentido perdido, otros en los que me he ido encontrando… ¿cómo estoy? Bien, eso es cierto, pero hay muchos matices en esa palabra… por fin sé lo que soy, un poco de cómo soy, e incluso por momentos, lo que quiero de la vida, y aunque me siento libre sé que solo cuando abandone esta crisálida en la que me siento podré contemplar los verdaderos colores de mis alas.

Esta vida está demostrando ser una apasionante aventura, casi podríamos decir que una mística criatura, que sabe enseñarte lo que quieres aúnque aún no lo sepas, que saber ser maestra y guía, enemiga y arpía, según sea necesario, tensando o liberando los hilos cuando es pertinente, dandote oportunidades…. y quitándotelas… y creo que no me autoconforto cuando creo que he guardado en mi cajón un gran Abril, que he aprendido lo necesario, y la vida me ha enseñado a valorarlo como el primer curso de una escuela que espero esté llena de años y lecciones. Ahora que veo el vaso medio lleno, que alimento a mis creencias con el suficiente agua para que sobrevivan a las sequías, que soy un poquito más yo y menos lo que la gente quiere ver en mi, me miro al espejo y veo el fondo de mis ojos, y a menudo, tan solo me apena no poder llegar a ese mismo rincón en muchos de los seres que me rodean.

A está bitácora de un ser mas o menos humano le debo mucho, y siempre llevaré tatuado ese Peor para el Sol por los regalos que me ha hecho y aquello que sabiamente ha sabido quitarme, porque fue puente para construir un pequeño mundo lleno de cariño que aún sobrevive a la Web 2.0, porque he podido conocer a gente tan vital para mi a día de hoy como mis Weasley, las Haditas o la chica «Calamaro»… y espero seguir rozando almas, cometiendo errores, dibujando bocetos de sentimientos inacabados, muchos cuadros ha de pintar aquel que pretenda ser un buen pintor para encontrar el conocimiento, la inspiración y los colores que dibujarán su obra maestra.

Este modo de sincerarme no lleva, tras el velo, mas que las ganas de pedirle perdón a todos aquellos que me pidieron un trocito de mi y no lo tuvieron, de decirle a mis amigos que si saben buscar encontrarán el modo en que les dije lo importantes que eran para mi, y que si no ha sido así, lo seguiré buscando, de que se me han borrado las intenciones de ser mejor persona y que ahora lo intento con hasta la última de mis agotadas y a la vez renovadas fuerzas, de susurraros a cada uno de vosotros que tengáis fé en el mundo, en el amor y en la vida, porque la carencia de ella es lo que realmente está derritiendo los polos, de repartir abrazos sin ningún cartel ni video que me incite a ello, de que contemos juntos, bajo un árbol anciano, tantos números como sepas, para permitirle a la Luna que se esconda… y para que la busquemos juntos.

 


MARIA JOSE HERNÁNDEZ
Las estaciones