¿Lo que sucede conviene?
Una de las citas favoritas de una de mis mejores consejeras es esta:
Es un buen mantra para «caminar hacia adelante«, o cómo digo yo estos últimos meses… «Siempre adelante«. Es una forma de resumir una de mis citas favoritas, que reza «El pasado como trampolín y no como sofá«, un interesante pensamiento de Harold MacMillan.
Y es que, no queda otra, que tirar hacia adelante, te pase lo que te pase. No puedes cambiar el pasado, tan solo aprender de él, nos modela y nos da sentido, nos prepara para decisiones futuras importantes, o siempre semillas para árboles que crecerán en nuestro jardín. A veces nos cuesta verle sentido a todo, y ahí ese «lo que sucede conviene» ayuda a hacerte ver que con el tiempo entenderás el motivo de que te sucediera algo. Y en un mundo en el que la actitud lo es todo, que creas algo así puede marcar una gran diferencia en la vida. Es un millón de veces mejor anclarse a ese pensamiento que un negativismo que se materializa ante ti y acaba por consumirte. Lo que te pasa, es para hacerte mejor, o te da la oportunidad de ello. Para entonar un «A partir de ahora…» que esta vez sí, no llegue tarde.
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Pero precisamente porqué no siempre las oportunidades vuelven, y cualquier tren que pase ante ti puede ser el último, debemos vivir más intensamente, no dejar cosas sin hacer y sin disfrutar, sin decir, especialmente a quien más nos importa. Incluso algo tan bonito como las palabras puede devaluarse, y hay que medirlas mejor para que sean una flecha certera y no una gigantesca bola de caliza que se parte en mil pedazos al tocar el suelo.
Huye de la mentira, pues es un veneno que poco a poco puede matarte. Recuerdo con orgullo aquellos años de llevar la cabeza levantada sabiéndome poseedor, al menos, de mi verdad, pero la perdí en el enrevesado y largo camino, y ahora debo volver a encontrar ese orgullo en medio de la tormenta que inunda mi mundo.
Pero elijo seguir, elijo creer, elijo sentir… que lo que sucede conviene,
y espero que el tiempo me de perspectiva para entender y perdonarme,
para aprender y crecer desde lo vivido, hacia una versión mejor de mi.
¡Siempre adelante!
ella siempre es viento a favor. Gracias.
Lo que sucede conviene, y ya en nuestra mano está qué hacer a partir de ahí: aprender, avanzar, aceptar, luchar.
Siempre podemos decidir.