Incalculables
¿Qué valor tiene el cobijo que te resguarda en una tormenta?
¿Cuánto vale ese rayo de luz que te salva de convertirte en oscuridad?
La mano que te salva de la caída a un precipicio,
la gota de agua que te da la fuerza para llegar al río,
el abrazo que te da ganas de vivir un día más.
Somos mano, gota, abrazo, cobijo, luz… y vida.
Somos incalculables.



La vida es movimiento y hay que aprender a moverse con ella Todo pasa por algo y la felicidad siempre…
Eso es, ¡casa es amor!, en tan sólo cuatro letras.
Sí, yo cada día trabajo un poquito mejor la gratitud. Y respeto las decisiones de quienes quiero, aunque les lleven…
Cuanta razón querido katre! Yo me siento un poco asi, dándome golpes contra una pared! El miedo paraliza y no…
¡Muchas felicidades! Es un placer y una pequeña dosis de esperanza seguir viéndote por aquí. Brindo por otros tantos años…