«Ready Player One» (la película)

He de confesar que temí que Spielberg la fastidiara con la adaptación de esta magnífica obra, y una vez vista, me quedo satisfecho aunque de no ser por temas de royalties, se podría haber hecho algo más fiel e interesante. El producto final al ver Ready Player One (ahora en cines) es una obra maestra del mundo friki, un tributo a una generación que hizo orgullosa el viaje de los 8 bits a los 64 de ahora, el mayor boom tecnológico de la historia del hombre. No hay que olvidar qué…

Y teniendo en cuenta que somos un puñado de monos sin pelo, lo cierto es que hemos llegado a inventar algunas cosas increíbles. Los ordenadores. La medicina. El láser. Los hornos microondas. Los corazones artificiales.

Supongo que si tuviéramos Oasis, sería complicado discernir el mundo real de un mundo a veces más interesante. Quizás, para no desprendernos del mundo real, podríamos anclarnos a algo tan simple como el Sol…

Cada vez que veía el sol me recordaba a mí mismo que lo que veía era una estrella. Una de los miles de millones de estrellas que existían en nuestra galaxia. Galaxia que era una de las miles de millones de galaxias del universo observable. Aquello me ayudaba a poner las cosas en perspectiva.

Y es que al final, todas estas cosas que podrían pasar, que pasarán, son fruto de la evolución humana:

Una vez que evolucionamos hasta convertirnos en seres humanos, las cosas se pusieron bastante interesantes. Se nos ocurrió la manera de cultivar la comida y de domesticar animales para no tener que ir continuamente de un lado a otro. Nuestras tribus se hicieron mucho mayores y entonces nos extendimos por el planeta como un virus imparable. Y luego, tras combatir en unas cuantas guerras unos contra otros por el control de las tierras, los recursos y nuestros dioses inventados, logramos organizar nuestras tribus en una «civilización global».

Y entre las guerras y las peleas por las tierras, siempre manda el amor. Y a veces este aparece cuando y dónde menos te lo esperas…

Su aspecto general pretendía emular el de la típica chica postapocalíptica ciberpunk de mediados de los ochenta. Y conseguía el efecto deseado, al menos conmigo. Y con creces. Estaba buenísima.

Sí, siempre buscamos el amor, es la gran búsqueda, y después, o durante… el secreto de la vida, y quizás ambas cosas sean lo mismo, o al menos parientes…

Nunca me sentí a gusto en el mundo real. No conectaba bien con su gente. Durante toda mi vida tuve miedo. Hasta el momento en que supe que llegaba a su fin. Fue entonces cuando me di cuenta de que, por más aterradora y dolorosa que pueda ser, también es el único lugar donde puede encontrarse la verdadera felicidad. Porque la realidad es real.

Me encantó el libro, y es una película que veré mil veces…
Espero que a vosotros os guste, tanto si sois muggles como magos, o seres normales, o frikis como yo, o incluso más. Feliz fin de semana, gracias por estar ahí.