El cumpleaños del Norte de mi brújula

Hoy es el cumpleaños de lo mejor que me ha pasado nunca.
Mi viento a favor, mi mar el calma, ese consejo sabio, ese bálsamo que sana cualquier herida, ese abrazo oportuno… el Norte de mi brújula.
No soy capaz de explicar con palabras lo que significa tener una Madre con mirada de valkiria y corazón de ángel, no puedo explicar, sin llorar, todas las veces que me ayudó a levantarme, siempre sonriendo, inagotable, siempre creyendo en mi más de lo que yo era capaz, dándome su fuerza, su fe y su coraje en cada momento. A veces olvido que no todo el mundo tiene madres así, ojalá todos pudieran.
Nunca se dio por vencida y a ella le debo todo, a ella van mis pensamientos en mis triunfos, y ella es la fuerza que me levanta con rabia cuando la vida me doblega y me hace hincar la rodilla. Si no fuera por ella no estaría aquí, en todos los sentidos.
¿Cómo agradecer tanto? ¿Cómo agradecer todo? Sigo intentándolo…
Una madre «columpio», como rezaba Marwan en esta canción, no se puede explicar mejor:

«Tuve mi casa en tu sujetador y me hice un columpio con tu falda.
Le diste cuerda a mi corazón, lo cogiste en brazos lo bañaste en calma.
Tú siempre sacaste a mi ilusión de su coma profundo,
hoy voy a echarle arena a los relojes para estar más tiempo juntos.
 
Tus ojos son dos faros de mar y tus manos mi salida de emergencia
y esta canción es para explicar que yo te amaré hasta cuando no te entienda.
Traes tantas semillas en tu boca que al besarme nacen flores,
¿cómo explicar que no se hablar de mi sin pronunciar tu nombre?
 
Tú eres el otro Sol, el que más hace falta,
tú eres un salvavidas y a la vez eres el agua
y la felicidad es verte andar por casa,
todas esas arrugas que la risa hizo en tu cara.
Madre, siempre habrá, estemos donde estemos,
una gran línea recta entre tu cuerpo y mi cuerpo.
 
Dame la mano y escúchame: ven conmigo cuando estés desencontrada
que ahora me toca a mi devolver tus abrazos cuando el mar me dio la espalda.
Madre, me parezco tanto a ti que a veces cargas con mis miedos
y te siento tan parte de mi que toco el mundo con tus dedos.
 
Tú eres el otro sol, el que más hace falta,
tú eres un salvavidas y a la vez eres el agua
y la felicidad es verte andar por casa,
todas esas arrugas que la risa hizo en tu cara.
Madre, siempre habrá, estemos donde estemos,
una gran línea recta entre tu cuerpo y mi cuerpo.
 
Si tú te caes me rompo yo, de mis heridas sangras tú,
Abrázame que luego uno se arrepiente.
A veces miro alrededor y veo que hay tan poca luz
que sólo quiero estar de vuelta hacia tu vientre.
 
Tú eres el otro Sol, el que más hace falta,
tú eres un salvavidas y a la vez eres el agua.»

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2 Respuestas

  1. Bruma dice:

    Que belleza, de canción, de post, de madre.
    Gracias Kike.

  2. Ché dice:

    Maravilloso… y merecido.
    Un beso para ella. Muchos abrazos para todos.

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