Silencio
Martes, hoy empezaba la semana laboral en la capital, pues el Lunes en Madrid se vistió de Domingo. Remolinos de pensamientos recorrían en silencio las estepas del alma humana, impregnando de millones de colores un paisaje que ningún objetivo o móvil es capaz de capturar. Y entre todos ellos, me asoma un pensamiento, uno que expresa cómo jamás dejará de sorprenderme esa capacidad que tenemos de convertir humo en madera, pensamientos y preocupaciones en verdades o miedos, mentiras que acabamos por creernos.
El hilo… ¿Cuantas veces he anticipado un final para dejar de vivir todo el camino? Es como un libro del que lees la primera página, y como no te gusta, abandonas unas páginas en las cuales podría residir el secreto de un cambio en tu mundo. Me debato entre la honestidad de esas sensaciones que son primas del «Todo» y que te guían en silencio, y la incertidumbre de lo que nos pudieron deparar todos aquellos caminos que decidimos no transitar por miedo, fe o pereza, poco importa el motivo. Quiero creer que, elijas lo que elijas, es importante hacerlo contento, y saber que muchos caminos te darán la oportunidad de llegar a tu verdadero hogar, y muchos otros te brindarán la oportunidad de aprender lo que necesitas para encontrar el sendero hasta allí. O puede ser también que la vida sea simplemente eso: camino.
Y es que, a su modo, todo es una lección, y a la vez, la práctica de campo, y a la vez… ese momento para el que nos preparamos.
Quizás son necesarias esas mil tormentas, esos quinientos valles de oscuridad inútiles que cruzamos para darnos cuenta de que íbamos al otro lado, o ese desierto donde habitamos para conocer la sed, para soñar el mar, inevitable perder para encontrar. Todo es necesario, y a la vez, prescindible, somos una probabilidad que casi imposible, se hace real, y te sonríe, somos el ruido que cada vez grita más alto nervioso y frenético, llorando y balbuceando no encontrar un secreto, que se esconde ajeno en el silencio.
La imagen que hay sobre estas líneas rezaba:
¿Por qué tu perro es más feliz que tú?
Últimamente a mí me pasa mucho eso de anticipar la historia, la trama o el final, lo mismo con una canción, que con un libro, una peli, una relación… Y aunque es cierto que si ya huele a humo es tontería esperar a quemarse, a veces hay que relajarse un poco y dejar de acelerar el proceso, y lanzarse de lleno a vivir el momento, el instante, todo el viaje, parada por parada. Tal vez el acierto es hacer un mix :)
Besos, viajero :*