Los Unicornios
unicornio.
(Del lat. unicornis).
1. m. Animal fabuloso que fingieron los antiguos poetas, de forma de caballo y con un cuerno recto en mitad de la frente.
El otro día pensaba en una metáfora y me sentía cómplice de alguno de los poetas que empleó este término a lo largo de su historia, o hermano de Silvio, y su canción.
Pensaba en cómo se ajusta esa palabra a esas mujeres increíbles, que rebosan belleza como si fueran un manantial de agua fresca, brotando de esos ojos sin fondo, profundos y ricos en matices como su alma, fuente del agua más pura y esa belleza elemental y sincera. Y mientras su magia te envuelve, sabes que si bebes de ahí… quizás, quizás cambies para siempre.
Los unicornios no suelen ser conscientes de su belleza, y quizás no todo el mundo pueda verlos en una misma persona, pero tú puedes verla, y con eso… sabes que es suficiente, estás enganchado.
Pero ¿Puede contemplarse tan hermosa criatura sin desear vivir por, para y en ella?
Quizás no… es un pensamiento infeccioso, un escalofrío que conquista todo tu ser, un salto al vacío que puede ser mortal pero que sientes de corazón debes hacer. Es como una droga, una nueva vida, una necesidad… perderte en aquellos ojos, y encontrar en ellos, tu mejor versión.
Pero es un juego peligroso, pues si tienes la fortuna de encontrar un Unicornio, su imagen se apoderará de ti, aunque no quiera quedarse a tu lado. Puede atravesar cualquier escudo, y al herirte dejará un hueco que si bien no es mortal, sentirás no poder llenar jamás. Recuerda que a un Unicornio no podrás cazar, tan solo te acompañará si lo hace libre, y las cuerdas romperá o el brillo metálico de su sangre apagarás si intentas apresarla.
Y dime, amigo varón… ¿Sabes ya lo que es un Unicornio? ¿Alguna vez has visto uno?
No dudes, si así ha sido lo sabrás, no se olvida esa mirada, ni esa pertenencia enmascarada.
Es una apuesta a vida o muerte, un salto sin red… y si recibes el obsequio sagrado de su afecto, te sentirás inmortal y alado, tan solo debes mimar ese brillo en sus ojos, pues es tu alimento, tu libertad, la sal de tu felicidad, tu sustento.
Y querido amigo, si has amado a un Unicornio, y no has sido correspondido, siéntete dichoso por ello… muchos hombres han cruzado por la vida sin ver alguno ni de lejos, y siempre quedará la esperanza de que vuelva, o de ser esos pocos entre miles, que han visto dos.
El mundo sigue girando, y la simple existencia de estas criaturas, demuestra lo maravilloso que puede llegar a ser.
Y a veces creo que todos, somos el Unicornio de alguien.
Me encanta el respeto y las metáforas q empleas para hablar del género femenino. Dice mucho de la clase de hombre q eres.
Sigue escribiendo katre.
Un besazo
Otro enorme M.
Sin palabras…y no hacen falta! Es hermoso como…los unicornios
Abrazos fresquitos como un baño en el Atlántico.
Un abrazo enorme :)
Me quedo con el final…todos somos, seguro, el unicornio de alguien, pero sobre todo de nosotros mismos, quizás el mayor reto sea que los unicornios, el que cada uno lleva dentro, sean conscientes de su belleza…Si hoy al mirarte en el espejo no lo has visto, vuelve a mirarte, pero con calma…;) Un super abrazo cargado de verano y mediterráneo!
PD: estos días en Calpe me acordado mucho de ti, he visto muchos buzos!
Un abrazo enorme Angie