A ser feliz… también se aprende

— Sufrimos demasiado. — dijo ella.
— No podría estar más de acuerdo. — repliqué yo.
— Nos han enseñado a vivir la vida de una forma inadecuada. — añadió a continuación
— Así es, en la era del dólar no hay tiempo para la educación emocional, o todo podría derrumbarse. — expliqué con tono burlón.
— ¡Eso es! No se le enseña a la gente cómo afrontar los problemas, como enfocar y entender la vida. — dijo triste
— Así es… por eso hay tantas personas que buscan la felicidad fuera, en relaciones que no pueden proporcionarle lo que tan solo pueden encontrar dentro de si mismos. — añadí con una sonrisa de aceptación.
— Si, vivimos todos descentrados por historias de princesas y películas de Hollywood. — explicó.
— Que nos hacen olvidar algo tan importante como que… a ser feliz, también se aprende.