¿Quieres hacer reír a Dios? Cuéntale tus planes
El otro día escuché esa frase y me cautivó desde que la dijeron. Me pareció divertida, y aunque no tengo claro si creer en Dios, las Parcas o las energías cósmicas, si creo que el Destino y cómo se mueven sus hilos merece ser tomado con humor.
He leído por ahí que es un refrán mejicano, y el título del post es cómo lo he encontrado en la red, yo escuché una variante:
Si quieres hacer que Dios se ría, cuéntale tus planes…
Lo comentaba un chico que hablaba de cómo tenía planeada su vida, y en cinco años se parece bien poco a lo que él esperaba, y aunque diferente, es igualmente plena. ¿Cuantas de nuestras expectativas se cumplen? Por ahí van mis pensamientos hoy. En estos días hacen tres años que tomé una decisión valiente, o eso quiero creer siempre yo (qué coño, fue así). Desde entonces he vivido cosas mejores y peores, historias que se diluyen en mi memoria en unos casos, y en otros, parecen imborrables. Yo creo que toda experiencia, sea más positiva o negativa, siempre suma, siempre deja unas líneas en el libro de nuestra vida, bocetos que acaban componiendo dibujos importantes. Podría hacer una lista con lo que he aprendido en este tiempo, sobre todo en lo referente a mujeres… creo que sería divertida.
Bueno, quiero agradecerle al yo que fui que aprendiera a sentir el mundo y darse cuenta de lo que debía hacer, por duro que fuera, por imposible que pareciera, que el tiempo le diera la razón ayudó a conservar una cierta cordura. Tres años ya… parece toda una vida…
Image from Stockvault. Called «Pencils», from kkDonut (thanks)
Ya no hago planes, sencillamente me dejo llevar por el viento o la marea, hasta que sé dónde quiero ir, y tomo las riendas.
Sigo teniendo mucho más que aprender de lo que ya he aprendido.
He cogido algo de miedo a volar alto, ahora prefiero el ras de suelo, o los pies en la tierra.
Pero me quedo con la sensación de caminar descalzo por la arena, sintiéndote fiel a ti mismo en algo importante, sin divisiones de tu alma.
A diario nos mentimos y nos engañamos en pequeñas dosis, pero algunas pueden cambiar el rumbo de tu vida para siempre.
Ya no cuento planes… los dibujo en silencio.
A mí me da por pensar que hay hombrecitos sentados en las nubes que observan cómo planeamos y que se divierten tirando de los hilos para llevarnos a donde tengamos que ir aunque no coincida con nuestros planes… Coincido en lo de no planificar demasiado y en la sensación de caminar descalza por la arena…
Abrazos sin planificar