Fragmentados
Hay veces en tu vida en las que tu corazón no tiene claro qué caminos seguir y se divide, tomando diferentes rutas cada una de sus partes para aprender, a lo largo de esa tortuosa separación, el sentido de la paz y la coherencia de tener un corazón unido. Durante estos últimos años he pensado que esas divisiones se producen por no escucharnos convenientemente, pues si ahogamos el ruido infecto que produce este mundo, tan solo quedamos nosotros y las melodías generadas de nuestra interacción con el universo que nos abraza en silencio.
Sin separación y distancia no hay unidad y encuentro.
Buscamos esos trozos que nos faltan tras el horizonte, bajo una falda, en el fondo del pozo de unos ojos, en lo más alto de una montaña, en lo profundo del lago… bordeamos la desesperación y la locura, la agonía el desasosiego y la pérdida… y a veces creo que no nos sentiríamos estúpidos si nos diéramos cuenta de que uno de los trozos que nos faltan, el más importante, lo llevamos dentro de la mano en la que tenemos el puño cerrado.
SObre todo porque tu intuición no es más que tu experiencia emocional hablándote. Tu cerebro tiene las respuestas, sólo tienes que querer escucharlas…
Si, coincido contigo… experiencia emocional como puente hacia sentimientos que nos gobernarán mañana. ¿Sólo el cerebro tiene las respuestas? ¿Tienen memoria las neuronas? (hambre sé que si…) jajajaja
Sería un privilegio tomar un café con usted si algún mes de estos pisa Madrid y que comparta conmigo algo (mas) de su apasionante mundo.
Un abrazo
En ocasiones, ese corazón que se divide sólo necesita un poco de tiempo y distancia para mirar con perspectiva y escucharnos, como dice Starvingneuron, tu experiencia hablándote, o tu intuición, o tu instinto… lo que sea…
Un abrazo fuerte, fuerte.