Baloncesto como metáfora de la vida
Cuando era niño, el baloncesto cambió mi mundo. Se apoderó rápidamente de mis sueños, y esos leves matices de muñeca que definían la diferencia entre atravesar la canasta o no, eran parte de mi día a día. Tardé, sin embargo, mucho tiempo en comprender el baile tras aquel juego. Tiempo después de dejar de pelear en una cancha, observaba en televisión cómo se movían los pivots, no solo pensando en ellos, sino en sus compañeros, cómo se cruzaban los aleros para buscar la posición que les permitiera un tiro exterior cómodo, y cómo un buen base, ayudaba a todos ellos con liderazgo y guía.
La vida tiene muchas cosas en común con el baloncesto.
La canasta en la que todo el mundo intenta detenerte, y aún así consigues. Esas fintas en las que creemos que seguiremos un camino pero nuestro instinto nos guía por otro completamente distinto, ese compañero que te deja una pelota fácil para encestar un progreso vital o un paso al frente. Y cuando te caes al suelo, alguien te tiende la mano para levantarte, y sin darte cuenta, gestos como ese… hacen equipo, sin darnos cuenta, hacemos amigos.
La carrera en solitario hacia canasta en la que estás solo y cuyo exceso de seguridad te hace fallar algo fácil, la vida castiga la vanidad y la arrogancia del mismo modo. Cada tiro que no encestamos por mucho que pongamos nuestro corazón en ello, aquellos que dan vueltas en la canasta y entran casi llorando, o se salen del mismo modo. Una cancha donde la experiencia es de gran importancia, y la ilusión vital en cada pequeño paso.
El rebote que te brinda otra oportunidad de anotar, el que coges para defender tu mundo.
Esos instantes perfectos que jamás olvidaremos como reflejo de un triple que entra limpio.
Buscar la plasticidad de un movimiento perfecto y la contundencia de una estadística asombrosa, para acabar dándote cuenta, de que lo único importante… es pasártelo bien y disfrutar a tope cada partido.
Porque a veces, el presente es una pelota en tus manos… y solo existe ese momento, con mil posibilidades dando vueltas entorno a él, ni antes, ni después, solo ahora, solo la canasta… y tú.
Image from Stockvault. Called «Ball in a basket», from Munib butt (thanks)
Mira que me haces pensar en temas vitales, me gustan tus reflexiones y tu blog en general.
Estuve en Madrid hace dos semanas y me hubiese encantado haber tomado contigo un buen café con una buena charla pero no sabía con quién dejar a mis 26 alumnos…otra vez será.
Un beso con encanto!
Mar
Jo, la próxima vez avisa y os escolto y hago de apoyo adulto.
Si vuelves a pasar por la capital me encantará invitarte a ese café. Un abrazo enorme Mar
Si lo llego a saber te vienes a la Warner con nosotros, te lo hubieses pasado genial con mis niños.
Me quedé con muchas ganas de avisarte pero descuida que para la próxima nos conocemos!!
Un beso.
Cuando era niña el baloncesto también cambió mi mundo. Ese compañerismo, esa complicidad, esa confianza ciega, ese pasárselo bien aún en las derrotas (más en las derrotas), esos míticos viajes en bus, ese animar al equipo de los chicos…(por no hablar del día que conocí a Corbalán, Fernando Martín, Romay… MI EQUIPO!!) Felices días, sin duda, etapa preciosa.
Y al leerte me doy cuenta que todavía queda mucho de aquella base (1,55 m no dan para más): lidero, organizo y dirijo a un equipazo donde lo que sigue primando es ese compañerismo, esa unión sobre todo en los momentos difíciles.
Sí, tu artículo me llega, me remueve, me encanta!! Y con tu permiso pienso empezar la próxima reunión leyéndolo. Gracias
Me alegra que te haya gustado tanto :)
Un abrazo enorme
Gracias por traerme a la memoria tantos recuerdos de olimpiadas escolares. Qué te voy a decir, en parte de mi familia el baloncesto es religión, y tengo una tía de 82 años que está más puesta en baloncesto que los deportistas especializados. Pero me quedo con lo que comentas, los valores que se aprenden de pequeño en los deportes de equipo, que me parecen bastante más útiles para la vida que la play o el gran marrano.
Abrazo de tres puntos
jajajaja vaya, no lo sabía ¡Qué curioso!
Como siempre, dándole sentido a mi rincón con estos comentarios tan avecrem
Un abrazo :)
Me ha gustado mucho esa metáfora que nos traes… me ha dejado pensando. Yo que no soy fan del baloncesto he entendido perfectamente lo que tratas de explicar.
Eres muy bueno, ¿lo sabes?
Un abrazo.
No, no lo sé. Tu si que estás espléndida… últimamente escribes a un nivel extraordinario :) El honor es mio, por caminar a tu lado. Un abrazo enorme
Fantastico! :-)
Siempre guardaré esa postal mental de la canasta en la que jugabas en zapatillas.
El final del post me ha recordado al arcaniano de MIB 3. Tantas posibilidades y tantos futuros.
Achuchon fuerte.
aysssss yo cuando era pequeña estuve apuntada al baloncesto del equipo estudiantes, estuve 3 meses creo recordar o la menos eso dice mi padre, eran los domingos después de comer (razón por la cual me cansé xDD) ha sido muy chulo tu entrada!! si es que cuando te pones a filosofear no hay quien te pare!!!
me ha gustado mucho!! a disfrutar del baloncesto que sólo se vive una vez :P
un abrazo!!