Fin de un nuevo acto

El telón se cierra a cámara lenta, acaba otro año de experiencias vistas desde el lado más positivo posible, pese a las flores arrancadas inútilmente en senderos de tierra que parecían ir a ninguna parte. Quizás no era este el plan original para mi dispuesto, o quizás sí, así tendría todo más sentido, supongo que más adelante podré entenderlo, la distancia me dará la perspectiva necesaria.
Disfruté ese amor prohibido que quizás en sus labios escondía un espejismo, cielo que aunque torpemente, fue mío en el segundo más fugaz de mi vida. He cruzado bastantes más oasis que desiertos, he bebido de fuentes sanadoras, algunas musas me dejaron algunas semanas sin palabras y otras, resistirán conmigo el invierno. Mientras navegaba en ojos de múltiples colores se deshacían mis realidades para ser conocedor de las certezas y pistas que esconden.
Mientras esas miradas que le hacían el amor a mi alma esperaban aprobación y un gesto afirmativo para compartir remos, mis portazos han seguido sucediéndose, extraviando el sentido de lo que busco entre tormentas y nieblas que han acabado por cegarme, haciéndome sentir maltratador, errante y perdido.
Llegué a pensar que estaba loco, que caminaba en círculos, pero el Sol siempre me da un motivo para sonreír, y la lluvia refresca mi piel quemada, sin que el cansancio logre desplomarme, sin que mis rodillas flaqueen. Y así conseguí tocar la línea del horizonte antes de caer rendido y sumirme en un sueño lleno de pesadillas.
 

Image from Stockvault called «Ali haider«, by Ali haider (Thanks)
 
Así es el escenario, así la vida, tan pronto te da… como te quita,
pero en tu mano está verla llena, o parcialmente vacía.
Lo entregas todo, incluso aunque creas resguardar una parte de ti de la intemperie… somos a la vez, la brújula rota que nos pierde y nuestro mejor salvavidas.
La piel acumula cicatrices como tatuajes de experiencias, los besos pintan lunares que forman constelaciones de deseos y sueños, recuerdos que servirán de mapa en tu viaje a otro mundo. Siempre pensé que las parcas tejían cautelosas los desafíos que podíamos afrontar, probándonos, cruzando con mimo nuestros hilos de un modo magistral y místico. Y hay intersecciones complejas, momentos de revelación en los que te sientes desnudo y agotado, en los que ves claramente la llegada de las cortinas cerrando un acto, cuando el cansancio te dobla sobre ti mismo haciéndote creer que vives un final para que de verdad pueda existir un principio honesto.
Escondiste en tu bolsillo las fuerzas para levantarte, y si te olvidaste de tal metáfora, podrás palparlo y verás que esa energía siempre ha estado ahí, esperándote. La promesa de un nuevo amanecer, el regalo de un único mañana que transformar en sonrisas con tu actitud y la fe en ti por bandera, alfa y omega.
Se cierne el telón sobre mi y sigo sin saber si estoy listo para ese nuevo acto, perezoso y ansioso por mudar mucho más que la piel. El amor no siempre es suficiente para convertir en arena un camino de piedras, y la sonrisa alcalina que atesoro a diario necesita ser recargada, en esos momentos sientes la necesidad de recuperar tu primera postura antes de ver la luz del mundo, y emerger tras arder como alguien distinto, quizás incluso mejor.
Se abre el telón…

 
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