Verdades y botes de humo
Una de las circunstancias con la que nos encontraremos inevitablemente en esta vida, como ya he comentado alguna vez, será el instante en que veamos caer la máscara de un ser querido. No conozco a nadie que haya nacido con esa lección aprendida, la claridad que te permite distinguir el polvo de la paja es algo que se adquiere con el paso de los años y la inevitable experiencia que te dan las circunstancias vividas.
Y a menudo, eso que nos sienta mal no es más que un fallo de comunicación, el no ser capaces de ponernos en la piel de la otra persona para entender los motivos que le impulsan a hacer algo… todos creemos a menudo hacer lo correcto, pero por los límites de la visión humana, entre otras cosas, nos equivocamos. Y luego intervienen la tozudez y el orgullo, los instintos más animales de nuestros abanicos sentimentales.
¿Qué tiene de verdad lo que vemos? ¿Qué hay de realmente malo en ese gesto?
Parte o nada, o quizás todo, no es fácil verlo, se entremezclan sentimientos de envidia, de decepción, de ese algo que tanto nos molesta y que nosotros hacemos aún con más intensidad que la otra persona, o incluso un amor que no somos capaces de manifestar.
Image from Stockvault called «Smoke«, by Trankov (Thanks)
Pero aunque entiendas, aunque puedas ponerte en la piel de alguien, a veces no te gusta su forma de comportarse o de ser, sencillamente, es así. Te gustaría ponerle pegamento a su máscara y dejarla en su sitio, incluso crees que así podrías olvidar la cara que has visto, pero esa careta que está en el suelo pierde su sentido nada mas desprenderse, y te queda la opción de creerlo y aceptarlo, o intentar que todo siga siendo igual… aunque nunca mas puedas mirar a esa persona a los ojos cuando hables con ella.
Interesante mecanismo de defensa.
Muy duro lo que cuentas. Cuando veo caer la máscara de un ser querido me siento tan herida y hundida que ya no sé si merece la pena seguir con esa relación. A veces es inevitable seguir y aprendemos a ir viendo poco a poco la realidad pero sabiendo que algo se rompió dentro de nosotros con la visión que no esperábamos.
Un abrazo.
Creo que estoy contigo… :(
Tenemos tanto miedo a mostrarnos como somos que nos creamos corazas y máscaras que nos obstaculizan el camino de la felicidad!! Pero claro, llevar la máscara puesta es un peso demasiado grande y tarde o temprano se termina desprendiendo de nosotros. ¿no es mejor hacerlo desde un principio? Enseñar nuestra verdad interior???? Nos ahorraría tiempo, heridas y realmente tendríamos al lado a las personas adecuadas.
Es cierto eso de que falta comunicación entre las personas y saber empatizar, pero hay máscaras que son insufribles y demasiado dolorosas cuando las arrebatas.
un beso a los dos