Tormenta tecnológica

Estos últimos días he tenido muchos problemas con el blog, y no solo con el mío, sino con todos los que conforman aquella comunidad llamada Blogomundo, que nació con grandes intenciones y que ha quedado en un ideal reseco. La escasa ayuda de Dreamhost está haciendo de la solución un camino tortuoso. Estoy analizando alternativas y es posible que mude este blog en cuanto me sea posible, y una vez movido, pueda establecer el mejor modo de mover otros, pero… no serán todos.

Lo que comenzó costándome 120 € al año, ahora pasa de 700 anuales, y lo peor, mi esfuerzo porque todo funcione ha tenido muy pocas recompensas y sí algún que otro desplante. Es una de esas inercias en las que la gente se acostumbra a algo, y poco le importa cómo funcione mientras lo haga. He cubierto esos gastos con alguna empresa a la que hice algún trabajo, pero incluso eso no dejaba de ser trabajo mío, y más horas a mis espaldas. Los donativos han sido pocos, y los gestos también, esto no es cuestión de dinero.

Así que me haré cargo de gente de quien debo hacerme cargo, y durante el próximo año iré cerrando cosas. Facilitaré las transiciones de quien quiera mover sus contenidos a otros sitios, ya iré viendo el mejor método de hacerlo, pero como un último esfuerzo, y no cómo una obligación, pues considero que las obligaciones morales no se han cumplido conmigo, así que me siento libre de las mías.

Supongo que toda historia tiene un final… y el de Blogomundo está cerca.

Mi blog, para bien o para mal, es un rincón importante para mi dónde puedo expresarme libremente, y espero que siga ahí muchos años… y no abandonaré a nadie, pero tampoco cargaré con nadie en hombros, que a menudo de bueno parezco gilipollas, y me he cansado de esa situación.

Y aunque suene cabreado, yo estoy genial, deseando que llegue el finde :-)