Des-ahogo deportivo…

Ante todo disculpadme aquellos que no seáis aficionados al deporte, necesitaba desahogarme pero entiendo que paséis por alto este post en el que únicamente, doy mi opinión sobre unos eventos deportivos.

Desde lo que pasó ayer siento la necesidad de desahogarme con respecto a los Madrid – Barça de las últimas semanas. Anoche, los comentarios en Twitter eran bastante radicales, sobre todo, de aquellos alentados por un entrenador desquiciado. Cierto es, que la roja a Pepe es precipitada, pero también es cierto, que cuando pones a un «animal de bellota» en el centro del campo, te expones a eso. También creo que Alves merecía al menos, una amarilla, y Lass, y Puyol, sendas.
El Madrid descubrió, en el primer partido de los 4, que con añadir un mediocentro de destrucción masiva (un central violento), podía sacar petroleo (un empate) contra los blaugranas. Ese empate se celebró en la capital como una victoria. En la final de Copa el Barsa no mereció ganar, y el Madrid, en un contragolpe, en la próroga, marcó un golazo. Ese era el plan de Mou, cerrojo y una jugada de clase de sus cracks. Así se gana una final a un partido, con 1-0 y la copa a casa para que Sergio luego la deje caer, mal augurio.
Anoche, Pep abrió a sus jugadores para estirar el campo, para ampliar espacios y que pudieran, a trompicones, hacer su juego. Y poco a poco se acercaban a la portería. ¿Alguien duda quien merecía el triunfo anoche? Eso si, el 0-2 es, para mi, excesivo, yo hubiera preferido un 0-1 o un 1-2 para darle un interés a la vuelta, que pese a todos, tendrá.
Partido bronco, muchas peleas y protestas de ambos bandos, agresiones en el descanso, mil detalles que narrar. Dos golazos del mejor jugador del mundo y luego… la rueda de prensa.

Lo que vi entonces me parece impresentable, vergonzoso, lamentable y quizás, el peor «mal perder» que haya visto nunca. En lugar de llorar o gritar, o mandar al segundo entrenador, Mou le quitó el tapón a su cabeza y lo dejó ir. Cuestionar el partido de anoche, me parece normal y comprensible, pero cuestionar la trayectoria de uno de los mejores equipos de la historia, es de muy poca verguenza. ¡Sí! Recuerdo que en el partido del Chelsea, hace dos años, hubo algo raro, pero también recuerdo que mi sensación entonces era que el Barça era justo merecedor de una victoria contra un equipo que jugaba duro. Lo mismo contra el Arsenal, donde echaron a un Van Persie que por sus desvarios, no está entre los mejores del mundo.
Mourinho debería ser duramente sancionado por sus declaraciones, que hablan de una conspiración para apoyar al Barça en los últimos años ¿Olvidamos que ese Barsa fue vital para que España ganara su primer mundial? Gracias al juego del Barça, y a sus jugadores clave, celebramos esa copa del mundo, e incluso la de Europa previa. El Barça ganó 6 títulos en una temporada, algo que nunca nadie había conseguido, y que a la siguiente repitió Mourinho con su Inter en Italia. Tras eliminar al Barça en Champions le dije a un amigo «Ese es el nuevo entrenador del Madrid«, por eso lo ficharon, no por ser el mejor, sino el único que había infringido una «gran derrota» al Barça, el entrenador que ayer reconoció que esa eliminación había sido un milagro.

Me gusta mucho el Barça (pero soy del Deportivo de la Coruña, no se confundan), pero porque hacen un fútbol de lujo, he pasado épocas enamorado del Arsenal, el Manchester United, Liverpool, el Sevilla o incluso del Real Madrid, cuando el fútbol que exhibían era bonito de ver y sus jugadores estaban llenos de fuerza y clase. Ahora bien, el comportamiento de ayer es de patio de parvulario, se puede protestar por una derrota (que no injusta), por una expulsión exagerada o por otras cosas, pero que se hable de hace dos años, de hace uno, que se pretenda ensuciar la trayectoria del mejor equipo de los últimos años, es barriobajero, y ensucia una camiseta blanca que hoy es gris, y que les costará lavar para dejarla a la imagen del club al que representan.

Si veis los periódicos de otros países, leeréis como nadie habla de robo, y si del lamentable espectáculo que dio ayer Jose Mourinho, un hombre que de tanto ganar… olvidó cómo hay que perder.