La melodía de fondo…

Bajo la lluvia, pensar es más fácil. Purga impurezas, y con ellas, se lleva aquellos pensamientos que inútiles, son hojas secas en nuestra conciencia. Mientras otras personas buscan el bullicio para ahogar su soledad, un chico se sienta en las escaleras de una playa desierta, dónde la noche cae oscura, y unas farolas tímidas iluminan parte de un paseo infinito. Entre dos de ellas, unas escaleras que dan paso a la arena, y tras un minuto de camino por la misma, el mar, que con su ruido parece obsequiarlo con una claridad que de otro modo le falta.
 
En esa playa nadan aún vivos recuerdos de otra vida, una llena de cicatrices y caricias, de errores y lecciones. La existencia no es un diseño con sus puntos de fuga, que según te alejas gana perspectiva y los objetos se alejan en un horizonte difuso. La vida mide la importancia de tus momentos y sitúa al frente esos recuerdos como parte de una estantería esférica que conforma tu universo privado, contigo sentado en un sillón central dónde puedes contemplarlo todo. Giras en ella y ves en las estanterías aquellos instantes en los que elegiste mal, y cómo sin aquella mala elección, no habrías cogido aquel otro desvío poco tiempo después. En el equilibrio no sobran recuerdos, y si intentas tirar alguno, podrías asistir al derrumbamiento de todos los demás, sin memoria no hay presente, sin recuerdos no serías quien eres.
 

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¿En qué momento una bifurcación podría haberte llevado a un sitio mejor o a un final prematuro? De algún modo, sabes que seguiste el mapa que te llevó a un presente lleno de posibilidades, de elecciones que te conducirán a ser quien quieras ser mañana ¿Ya has decidido quién quieres ser? Todo se entremezcla en una macedonia en la que cada ingrediente aporta un matiz que acerca la dulce armonía de las preguntas y las respuestas, las evoluciones y las posibilidades que se abren ante ti en cada suspiro. Y de fondo, una melodía, una fórmula magistral bajo la cual, danza el mundo y los elementos bailan con las almas humanas, unas notas tan sencillas como divinas, tan universales como secretas… con todas las respuestas que soñamos, con la clave que creemos buscar perdidos, una melodía que bajo la lluvia cree encontrar fugazmente ese chico.
 
De nuevo se le escapa, esa resbaladiza criatura que es el destino, acercándole ese secreto que intenta alcanzar mientras sus pies aún danzan al ritmo de esa melodía perfecta entre nostalgia y optimismo, entre vida y finales con principio… se puede intuir pero no tocar, pues si comprendieras esa clave, quizás, todo tendría que volver a empezar, y el propio secreto, no es más, ni menos, que el secreto en si mismo, principio y destino final: La Búsqueda.

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