El dolor de plantarle cara a quien más quieres
Estas últimas semanas me he encontrado con dos problemas similares, con personas totalmente diferentes. Y es que, mas allá de mi visión del mundo, de mi opinión y de mi percepción, considero que ambas se han equivocado, y deben ser conscientes de ello. A diario demostramos nuestro amor a nuestros seres próximos con gestos dulces, regalos, cuidados… pero ¿Serías capaz de darle una bofetada a alguien si supieras que podrías hacerlo mucho mejor? No busco un debate sobre violencia física, evidentemente, hablo de bofetadas figuradas, de no ceder en una situación concreta, y estar dispuesto a ejercer un castigo hasta que esa persona aprenda la pertinente lección, con el riesgo, evidente, de perderla.
Últimamente no para de circular ese pensamiento por la cabeza. Una de las personas que más quiero, sobre la que siento cierta responsabilidad, se ha equivocado… y mucho, después de avisos y empujones amistosos, de cariño, paciencia y pasar por alto muchos gestos feos hacia el entorno que le rodea. Con la visión, además, de que el mundo que le rodea le trata mal, de sentir que nadie te comprende ni se esfuerza por ti, un victimismo que me aterra pues lleva por senderos muy oscuros. Pero eso no es real, y lo que sí es, son sus gestos de desdén, mentiras, faltas de respeto y solidaridad nula hacia quienes le rodeamos.
En otro caso, he aprendido que no hay nadie más ciego que quien no quiere ver. A veces somos responsables de lo que nos ha pasado en la vida, y quizás, echamos todas las culpas a los demás. Otro caso que me ha hecho darme cuenta que no hago nada bueno al no frenar esos comportamientos, pues alimento una injusticia que seguirá extrapolando a todos los ámbitos de su vida considerando su verdad como absoluta y aumentando el tamaño de su error.
En ambos casos, se ha roto el vaso, en un caso para siempre, y en el otro como la única opción de intentar rescatar a un ser querido. Es hora de que asuman responsabilidades y aprendan a pedir perdón… de corazón.
Y si para ello he de clavar a la par una daga en mi corazón lo haré,
por miedo que tenga y por mucho que duela.
Porque creo que cuando quieres a alguien de verdad,
debes ser fuerte y hacer algo así si es necesario.
Hola. Leo el Blog regularmente por RSS y aunque generalmente no comento nada, pues supongo que me llamó la atención este post en particular o qué sé yo.
Creo q es no sólo importante, sino una obligación decirle a alguien que va por un mal camino. Al menos que así nos lo parece a nosotros. Por supuesto, cada uno ve la vida de distinta manera y por eso, quizá, antes de ‘dar un consejo’ sería importante escuchar a la otra persona y llegar al fondo de sus motivaciones. QUé lo hace ser así, qué piensa lograr, y si logra lo que quiere qué.
Solo averiguar si está la intención bien colocada y dar nuestra opinión. No creo que podamos detener a alguien de tomar sus propias decisiones, pero sí darle a conocer sus otras opciones, platicarle cómo vemos su situación. y sí aún así decide actuar como tenía pensado, no quedará de otra más que estar ahí para cuando las cosas sucedan (para bien o para mal).
No caer en el egoísmo de sentirse sabelotodo y pensar que las cosas suceden (o sucederán) como pensamos. Pero tampoco caer en la indiferencia para con los que queremos.
Sólo eso, hablar y escuchar. A veces es toda la diferencia.
Muchas gracias por tu comentario Lalo
Siempre se agradecen los comentarios de aquellos visitantes que no lo han hecho antes y se animan…
Siempre el diálogo primero, luego, si la persona es adulta, que tome sus decisiones, pero en uno de estos casos, no queda tan claro que sea así, y habrá que alterar la actitud.
Un abrazo
La vida es complicada en sí misma, pero creo que más complicado es intentar abrir los ojos a otras personas y «enderezarles» en el camino de la vida. A veces, son tan ciegos que no ven más allá de sus narices, y cuando quieres abrirles los ojos, el que queda mal y eres el aguafiestas eres tu….. Es una situación muy incómoda, porque te sientes impotente.
Pero bueno, muchas veces hay gente que se busca las cosas solitas y no hay más que hacer. Esto seguramente suene algo egoista, pero terminan por darse cuenta ellos mismos.
Mucho ánimo!! Un abrazo!!
La impotencia ya sabes qué cura tiene ¿no? ¡La viagra!
No, bromas aparte, hay muchas situaciones en las que nos sentimos inútiles y no siendo escuchados, pero el tiempo te enseña a no librar batallas que no puedes ganar, y concentrarte en las que de verdad importa. Y en esas batallas moriré
Un abrazo tio
mm… qué encrucijada..
Haz lo que dicte tu corazón y seguro q no te equivocas… todos necesitamos de vez en cuando «bofetadas» que nos acerquen a la realidad.. Si has probado otras vías y no ha habido modo…quédate tranquilo y ponle el límite que, en mi opinión, está pidiendo a gritos..
Un beso muy muy fuerte Kike..
Aish Bego Bego…
que bien leerte,
tenemos que compartir un café un día de estos…
Espero que todo siga bien
Un abrazo enorme
Creo que no hay que tener miedo a decirle a un amigo que tiene la cara sucia. Es más, ¿quién mejor? ;)
«No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió»
Siempre es mejor hacer en base a nuestra conciencia que quedarnos parados mirando como se desmoronan los nuestros. Quizá no podamos ayudar, o quizá si. Eso vuelve a manos de la persona que debería ser responsable de si misma y solo ella podrá cambiar la situación.
Entre el desconsuelo y la comprensión, te abrazo.
Yo creo que es importante decir lo que pensamos a aquellas personas que son importantes en nuestra vida, que tenemos derecho a ello siempre que lo hagamos con respeto, pero eso lo tiene que valorar cada uno/a individualmente.
Ahora bien… varias cosas:
1.- Hay que decirlo con humildad, sin creerse el dueño de la verdad y del criterio sobre la situación, más cuando se valora el comportamiento de la otra persona (o si se tiene una relación de «poder» con respecto al otro).
2.- Evitar juicios de valor, sino más bien ceñirse a hechos objectivos que hagan ver a la persona sus actos sin sentirse atacada o despreciada.
3.- Resaltar el cariño, amor y preocupación que te ha incitado a expresarte, y también hacer ver que para ti es algo difícil de hacer.
4.- Tratar de dar esperanza la situación, que todo mejorará con el tiempo y que confias en sus posibilidades.Todos tenemos aspectos positivos y fortalezas que resaltar, hazlo.
5.- No esperar ni incitar ningún cambio o expectativa por parte de la otra persona, menos cuando dices que «no quiere ver», porque cada una/o tenemos nuestro momento, y a veces por más que nos lo digan no vamos a hacer nada. Esto lo digo más bien para que tú no te frustres, porque evidentemente si le comentas algo, más allá de tu desahogo, lo haces porque esperas que la situación evolucione, y quizás, no sea así.
6.- Mostrar cariño. Lo tengo que volver a repetir porque el amor es el motor del mundo… y nunca está de más, todos lo necesitamos DIARIAMENTE.
¡Ánimo y espero haberte ayudado! ¡Más clarito no podía habértelo puest! ;)
Una amiga psicóloga me ha explicado que las personas no buscan consejos, solo aprobación. Nadie cambia porque otro se lo diga, a menos que ya lo tuviera pensado por sí mismo. A veces es difícil ver que alguien va a estrellarse y tener que dejarlo ir. Pero es como aprendemos, ensayo y error. Sería maravilloso si realmente pudiéramos aprender de los errores ajenos (con sus consejos y moralejas) pero nuestra mente nos lleva por senderos muy distintos. Yo, el primero que suele decir: «Deja que me equivoque yo solo». Al final, es así. Lo único que se puede hacer es prepararse para ayudar a esa persona tras el golpe. Después de todo, ¿cómo podemos estar seguros de que nuestra forma de hacer las cosas es mejor?
Que buen debate y buenos comentarios… Siempre es bueno reflexionar sobre estos temas.
Yo no puedo mirar hacia otro lado sin decirles a las personas que quiero que están equivocándose. Por supuesto no estoy en posesión de la verdad absoluta. Estoy con La Mujer Sonriente en muchos puntos pero quiero resaltar que es importante hacerlo teniendo en cuenta hechos objetivos, aunque a veces es dificil.
Para mi querer a alguien no es darle la razón en todo ni apoyarle aunque esté equivocándose, es decirle lo que pienso y siento con humildad y respeto.
Muy buenas reflexiones.