Back from London…

Por fin he vuelto de unos días en Londres en una interesante reunión de trabajo en las afueras, en una mansión-hotel histórica y enorme, que ahora usan como campo de golf y demás. He estado incomunicado por no haber activado el roaming previamente a mi salida, aunque he seguido por Twitter un pedacito de la actualidad, y alguna chorrada he estado contando desde allí.

Y como la vida debe ser optimismo, os contaré lo que más me gustó del viaje:

– Vivir en un «castillo», perderse al buscar la habitación por sus pasillos… fue genial.
– Las reuniones de trabajo han sido muy productivas, he conocido gente estupenda, sobre todo, un tal Davide de Milano que es la puta caña y juntos vacilamos a los inglesitos. Este verano me voy a verlo.
– Ver el comienzo del partido del Manchester con ingleses… la tensión estaba en el aire.
– Los 5 discos de P!nk que me compré en el aeropuerto por 16 € todos ¡Qué precios en música! (La SGAE aprender de cómo se trata a los clientes)
– Los Fish & chips que comí hoy, típical english. El salmón a la plancha de ayer… estaba de vicio.
– He aprendido bastante de mis compañeros… escuchando a los demás, sobre lo que quiero, y sobre todo, lo que no quiero bajo ningún concepto, en la vida, en el amor…. La frase de un compañero de «Mi mujer está buena, cocina bien ¿Qué mas le puedo pedir?» me rompió los esquemas, aunque después me dijo «¿Cómo ven tus padres que no estés casado?» y lo entendí todo. En pleno siglo XXI, aún queda mucho de eso, y no… no quiero nada, ni parecido.
– Una conversación me demostró que los abrazos patentados se pueden dar a distancia, y mientras tanto, mis 99 compañeros cogían habitación… y me quedó para mi la 400, en la torre, muy chula. Guiños del destino.

Bueno… creo que eso ha sido lo mejor, la llegada a Barajas fue divertida, me reí de unos ingleses y asistí curioso a ver cómo una mujer intentaba usar un desfibrilador para llamar por teléfono… y estaba cogiendo monedas justo delante del mismo (ver foto)

Después de hacer la foto me dió pena, mucha pena, los aeropuertos son lugares de luces y sombras, de lágrimas y encuentros, de personas perdidas, de aviones sin destino, de sueños sin cama, de personas sin rumbo… y hoy para mi, de vuelta a casa.
Como dice una frase friki:

There is no place like 127.0.0.1

En redes, la dirección 127.0.0.1 se refiere al ordenador local (localhost), en el que estás… a tu «casa»