Sentimientos difusos

Hay que reconocerle a Apple que a menudo tienen mucha clase en lo que hacen. Esa elegancia no debería verse enturbiada por la soberbia, que suele ser lo que me separa de ellos, y el elitismo de su tecnología mucho más cara que las alternativas. Pero bueno, esto hoy no va de tecnología, y sí de corazón. Este año han hecho un anuncio navideño maravilloso, basado en el clásico de Dickens, que me ha evocado muchos sentimientos y me ha removido mucho, y si os parece, después del vídeo, os cuento mi historia:

Me ha recordado a un «jefe» que tuve yo hace mil años.
Al acabar EGB, con 14 años, el que había sido mi profesor y tutor durante años, Juan Jesús, les dijo a mis padres que yo era un desastre y que no creía que debiera seguir estudiando, que con suerte conseguirían ponerme a trabajar (Vaaaale, era un poco vago por aquella época).
Me enfadó tanto aquello que no solo seguí estudiando, sino que cada año le llevaba mi boletín de notas para que fuera consciente de su error. Año tras año mis notas mejoraban, y le daba en los morros con ellas. Y después de estudiar, llegó el momento de las nóminas, según iba mejorando laboralmente, compartía con él mis evoluciones… y llegó el año en el que le iba a decir «ya cobro más que tú«, y ese año, me invitó a un café.

Allí nos sentamos a compartir vivencias, y él, apesadumbrado, me hablaba de la envidia que le despertaban mis viajes, que a él le fascinaban, pero que no podía haber hecho pues a su mujer no le gustaba viajar. Lo decía con la misma nostalgia con la que confesaba no haber podido tener hijos. Y vi una cara de él que nunca había visto, su lado más humano y triste, lo que más allá del profesor que había marcado mi vida… había ido diseñando la suya.

Nunca podré olvidar a aquel maestro que cambió mi vida para siempre, y que sin ser consciente… me abrió las alas para que hiciera mil viajes, y sin su empujón, me habría quedado encerrado en Galicia. cómo él.
La vida y ese sabor a nostalgia que tiene, tan… navideño.
Lo que pudo ser, y no fue (pero que aún podemos ser).