Cerrando los ojos
Desde que ves la luz, aprendes a concentrar tus sentidos, creo que a nadie sorprende oler mejor con los ojos cerrados. Lo mismo le ocurre al gusto, y al tacto… y quizás por eso, cerramos los ojos cuando nos besamos.
Recuerdo cuando estaba a punto de probar sus labios por primera vez… mi boca se deshacía ante el inminente encuentro, y concentraba en ella todos mis sentidos. Su sabor ¿Cómo describirlo? Era algo único… y di rienda suelta a mis labios y mi lengua, al fin y al cabo, es algo natural, y comenzó un baile que tenía lo bueno de todo lo aprendido de la experiencia previa, y los nervios del que se siente novato, maravillosa combinación. Nos enredábamos, sus labios con los míos, y sintiéndome tan cómodo como si por cama tuviera una nube, podría haber pasado horas en aquel delicioso baile… absorto, perdido y encontrado, furtivo, entregado… y entonces me reclamó con su deliciosa y juguetona voz diciendo: «Sube aquí tu boca que esto acaba de empezar.«
¡Jajaja! ¡Buenísimo! :)
Asias linda